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Díaz quiere hablar sin temor a consecuencias

  • La actriz interpreta a una profesora irreverente en la cinta 'Bad teacher'

Cameron Díaz, tan conocida por sus papeles cómicos como por ser una de las actrices mejor pagadas, está convencida de que a todos nos gustaría poder hablar "sin censura, sin conciencia y sin temor a las repercusiones"; por eso, le encanta haber interpretado a la irreverente profesora de Bad teacher.

Díaz, que se encuentra en Londres rodando Gambit, una comedia musical con guión de los hermanos Cohen, hizo ayer una parada en Madrid para hablar de Elizabeth Halsey, una profesora a la que le importa bastante poco la enseñanza, no le gustan los niños, dice tacos, fuma porros y bebe en clase, entre otras lindezas.

"A todo el mundo le gustaría poder decir en algún momento lo que le apetezca sin que tenga repercusión, ser capaces de hacer y decir lo que queramos, sin censura, sin conciencia, sin repercusiones, pero esto no es realista -aseguró Díaz-, la mayoría debe seguir pautas socialmente aceptadas, y en general está bien, porque si todos lo hiciéramos, diríamos cosas horribles". Y al parecer, la única que puede permitirse ese lujo es la protagonista de Bad teacher. "Por eso me enganchó", explicó.

Bad teacher, que se estrenará en España el próximo 8 de julio, habla de una profesora cuyo verdadero trabajo es buscar un rico que la mantenga, de hecho, dice la actriz, "ella va al cole a dormir, a echar siestecitas que le compensen las noches que pasa de bar en bar buscando un buen partido".

La protagonista de Algo pasa con Mary (1998), dirigida por los hermanos Farrelly, encuentra similitudes evidentes entre aquella y ésta. "Las dos buscan noquear al espectador y son igual de irreverentes, con catorce años de distancia. Pero son los que han hecho falta para encontrar otro guión tan completo. Me gustan las películas que provocan una risa tan particular y es un privilegio decir que mi trabajo es hacer que otras personas se diviertan", afirmó.

Su personaje hace barbaridades para pagarse un aumento de pecho, convencida de que una talla más le dará un marido más rico, pero a Cameron le horroriza la obsesión por conservar una eterna juventud: "No quiero verme en esa situación". "Desgraciadamente -reflexionó- hay personas que pierden el sentido de la realidad y son incapaces de darse cuenta de que no se hacen ningún bien. Puede dar confianza tener un mejor aspecto, pero no hasta el punto de que ya no te reconozcas, y es imposible dar marcha atrás".

Aparte de sus expresivos ojos azules y de su enorme sonrisa, impactan su delgadez y el juvenil aspecto que luce, pero también el gracejo con el que rechaza los piropos. "Todo esto son horas de maquillaje", asegura.

Su ex, Justin Timberlake, es Scott en la película, un profesor-niño rico con el que tiene una escena de sexo que ella misma reconoce que es grotesca, "pero es que eso era lo que queríamos, buscábamos la risa del público; es una escena ridícula, ni siquiera se besan, es que no hay nada de química entre ellos".

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