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Eduardo Paniagua pone sonidos a la Alhambra de Washington Irving

  • El músico presenta mañana en el Isabel la Católica un disco inspirado en la obra del escritor norteamericano

Eduardo Paniagua, experto en música medieval, presenta mañana en el Teatro Isabel la Católica su álbum La rosa de la Alhambra. Con motivo de la conmemoración del 150 aniversario de la muerte de Washington Irving, y el 175 de la publicación de sus Cuentos de la Alhambra, el Patronato de la Alhambra y el Generalife le ofreció participar en los festejos, y él decidió poner música a dos de los cuentos que aparecen en el libro del escritor norteamericano. El resultado es La rosa de la Alhambra.

"Me ofrecieron el encargo, y se me ocurrió hacer versiones de dos cuentos", explica Paniagua, La leyenda de las tres hermosas princesas, y La rosa de la Alhambra. Y así nació su último album y homenaje, Rosa de la Alhambra.

Ambos relatos escogidos tienen en común la importancia que se le da en él a la música. En el primero, Las tres hermosas princesas, en donde las tres bellas moras cautivas se enamoran de tres soldados cristianos, también prisioneros. "Las canciones de amor que se cantan es el medio de expresión de los enamorados", comenta Paniagua. "La música es andalusí de la época nazarí, y los caballeros cristianos son respresentantes de los romances del siglo XV, por lo que el diálogo también es entre las dos culturas".

El segundo relato que toma como motivo de inspiración es La rosa de la Alhambra, en la que, a pesar de ser también una historia de amor, la música está muy presente en el momento en que la protagonista cura al rey de su melancolía tocando un laud mágico, que por cierto, le da el fantasma de una de las princesas moras del relato anterior, por lo que ambas leyendas están en cierta forma concatenadas.

En el concierto planeado para mañana, las canciones que se tocarán han sido escogidas por Paniagua. Su composición, en este caso "no es una composición de compositor, sino una elección, como si fuera una banda sonora para estos cuentos". En cualquier caso, la música es fidedigna al espíritu de la obra, y estrá interpretada con instrumentos de la época; tanto aquella en la que están ambientados los cuentos, como la propia época romántica en la que Irving tan bien se desenvolvió.

La mayor dificultad que se presentó en el proyecto fue la de seleccionar las canciones adecuadas, así como darles un sentido especifico relacionado con la obra que pretendía ambientar. "Lo importante", explica Paniagua, "es narrar para ilustrar, pero al mismo tiempo no aburrir: ese es el reto". "Muchos de estos conciertos se convierten en actuaciones elitistas por falta de publicidad", explica el músico sobre la popularidad de este tipo de música, tan desconocida frente al pop, el rock, o la músicla clásica romántica, "pero creo que eso no está ocurriendo con este".

En cualquier caso, masivo o no, lo importante para Paniagua es el hecho en sí. "Uno quiere pasar a ser también un hijo de la Alhambra", comenta, "ser uno de los personajes que ponen brillo al monumento, no a la construcción, sino a la Alhambra símbolo".

Eduardo Paniagua es uno de los interpretes de música antigua más reconocidos de este país. Con sólo 16 años grabó sus primeros cuatro discos con el grupo Atrium Musicae, y desde entonces ha participado con varios grupos, entre ellos Música Antigua e Ibn Báya, con los que realizó el trabajo musical sobre las Cantigas de Alfonso X y la música andalusí. Además, en paralelo a estos proyectos, funda y dirige el sello discográfico Pneuma. Su último éxito es haber ganado este año el premio a mejor intérprete de música clásica de la Academia de la música, compitiendo con Plácido Domingo y José Carreras.

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