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Fallece La Presy, la bailaora india que se convirtió en gitana

  • La artista, que nació en EEUU, vivió en Granada los últimos cuarenta años

De india comanche a gitana del Sacromonte, la historia de esta bailaora, nacida en EEUU y afincada en Granada desde hace más de 40 años, es una vida repleta de aventuras y desventuras, de éxitos y fracasos adornados de una lírica romántica, como la de aquellos poetas malditos franceses.

La Presy ha ejercido su importancia en esta ciudad desde el punto de vista didáctico, pues ha instruido a numerosas bailaoras, entre las que destaca Patricia Guerrero, que han vestido de luto las redes sociales recordando la figura humana y artística de Priscila Treviño Lozano (San Antonio, Texas, 1950), hija de una india comanche y un padre de ascendencia española. Licenciada en periodismo por la Universidad de San Antonio (Texas), a pesar de sufrir un grave accidente en su infancia que casi la deja incapacitada, con 17 años ingresó en la compañía del gran maestro Ciro, con el que giró por EEUU siendo su pareja de baile. Destacan sus actuaciones en el Lincoln Center, el Carnegie Hall de Nueva York o la Ópera de Boston. Llegó a Granada con apenas 20 años, atraída por el baile de Manolete, de quien ha sido discípula. El nombre de Presy se lo puso Lola la Faraona, por deformación fonética de Priscila, un nombre poco común en el Sacromonte de los años 70.

En una entrevista que mantuvimos con ella en 2004, se confesaba enamorada del arte de los gitanos del Sacromonte, y decía encontrar paralelismos raciales entre los indios comanches de su EEUU natal y los gitanos andaluces. "Uno es de donde son sus muertos", comentaba a la pregunta de si echaba de menos su tierra, "pero mi vida está ahora aquí, en mi academia". Gran aficionada a la lectura, consideraba que Crónica de una muerte anunciada era el libro de los libros, donde siempre volvía para inspirarse.

Tan rápida y apasionante como la novela de García Márquez, ha sido su vida. Artistas como Alfredo Mesa, su guitarrista habitual, han lamentado la pérdida de "una de las mejores profesoras que he conocido, muy aficionada, con mucho carácter y a la vez con una sensibilidad especial, trabajadora y disciplinada. Nos trató como a sus hijos". Patricia Guerrero, una de sus principales discípulas, colgó en su página de Facebook el siguiente mensaje: "Gracias Presy por ser parte de mi baile y de mi enseñanza, por tus consejos, por tu saber, aunque ya no recibiré esa llamada que siempre me hacías, la tendré presente y seguro que siempre lo recordaré. Hasta siempre mi maestra".

La Presy, como tantos artistas flamencos, se encontraba en una situación económica muy modesta, motivo por el cual su cuerpo no ha podido ser aún inhumado y se encuentra a la espera de lo que decidan las asistentas sociales encargadas de su caso.

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