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La Feria del Libro coge carrerrilla en su ecuador

  • La organización habla de un aumento en las ventas del 25% en los principales 'stands' durante la primera semana del evento cultural

La gran cita con la literatura en la ciudad reúne cada tarde a decenas de personas, que se acercan a la Fuente de las Batallas a mirar y comprar libros.

La gran cita con la literatura en la ciudad reúne cada tarde a decenas de personas, que se acercan a la Fuente de las Batallas a mirar y comprar libros. / reportaje fotográfico: maría de la Cruz

El domingo, coincidiendo con el Día Internacional del Libro, la organización de la feria literaria pidió un balance a las principales casetas e hizo cuentas. No se imaginaban, ni por asomo, que las cifras iban a ser tan buenas. "Mucha gente vino el fin de semana, de eso no hay duda, pero no nos esperábamos que se hubiera vendido tanto, que es diferente", subraya Andrés López, responsable de comunicación de la Feria del Libro y guitarrista de Niños Mutantes. La mayoría de expositores -al menos los que participaron en el recuento- lograron vender en su primera semana "en torno a un 20 y 30% más", en palabras de López, con respecto al año pasado. El músico atribuye las buenas cifras a que "la gente ya ha asimilado la feria"; al buen tiempo; y al ambiente tan animado debido a las multitudinarias presentaciones de libros y actividades en los espacios próximos a las casetas.

Es el caso de la Librería Picasso. "Hemos notado un poco más de movimiento esta feria. De hecho, hablaría de un primer fin de semana mucho más animado que el de la edición anterior", asegura Carmen Pérez, una de sus trabajadoras. Se vende más, pero no en todos los géneros. "Hemos notado más repunte en la narrativa fantástica e infantil. Sobre todo me han pedido clásicos como Isaac Asimov (Azazel es un buen ejemplo). Eso me ha sorprendido", cuenta Pérez. Como era de esperar, Eduardo Mendonza, que recibió el Premio Cervantes hace apenas unos días, "ha arrasado en narrativa", explica. Otro de los grandes triunfadores de la Feria, en opinión de la librera, es Fernando Aramburu. "Su libro Patria está acaparando la atención de muchos de nuestros lectores", comenta. El escritor vasco aborda en la novela la atormentada y violenta historia reciente del País Vasco, exponiendo así la magnitud y el alcance del nacionalismo, así como la repercusión de dicha ideología en una población concreta.

En cuanto a autores locales, Pérez destaca en seguida el último de Andrés Cárdenas, Mis paseos con Harry por Granada, que "se ha vendido muy bien". El libro, que funciona a modo de amena guía turística, es una recopilación de las crónicas publicadas en este periódico durante más de un año donde el periodista le enseña Granada a un guiri -ficticio- llamado Harry. "La venta de lo que nosotros denominado poesía de jóvenes, gente que se mueven muy bien por redes sociales y han sacado libros de poesía, sí que se ha estancando un poco", subraya mientras sonríe de soslayo. Se refiere a autores como Marwan, Luis Ramiro y Defreds. En su lugar, poetas como Ángeles Mora, que se encargó de inaugurar la feria el viernes, y José Carlos Rosales han copado las demandas de los visitantes a esta caseta.

Algo parecido ha ocurrido estos días en el stand de la pequeña y encantadora librería Ubú Libros, donde no se ha parado de despachar poesía -en especial De soledad, amor, silencio y muerte, la obra reunida de Pablo del Águila- y narrativa. "La gente cada vez conoce más las editoriales independientes. Si les gusta la línea editorial de alguna se llevan el libro aunque no lo conozcan. Ya no sólo existe Planeta y Seix Barral. También está Sexto piso, Asteroide, Dirty Works", reflexiona la dueña de Ubú Libros, Marian Recuerda. La divulgación científica y el ensayo también han tenido tirón, en especial El ingenio de los pájaros y Desahuciadas. Pobreza y lucro en la ciudad del siglo XXI, una investigación de Matthew Desmond que le ha valido el Pulitzer este año.

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