"¡Vendo cuentos! ¡Vendo cuentos! ¡Les voy a contar un cuento!", gritaba el comienzo de La Niña que riega la Albahaca y El Príncipe preguntón. Así, de manera tan sencilla, Lorca, el Federico entre los Federicos, da relieve a la filosofía que ha reinado en el mundo de los títeres desde que fue concebido: contar historias, una tras otra. Un género, el de los títeres, aún a día de hoy. considerado erróneamente infantil , pero cuya riqueza escénica sigue en aumento, convirtiéndose, cada vez de forma más evidente, en uno de los principales lugares de experimentación teatral contemporánea. Sólo hay que mirar el nuevo espectáculo de la compañía canadiense The Old Puppet Workshop, que inaugurará hoy el vigésimo Festival de Títeres y Objetos de Granada, con su obra El Baraúndo (Jabberwocky).
La pieza, inspirada en un poema absurdo del autor de Alicia en el país de las maravillas', Lewis Carroll, presenta una propuesta escénica que compagina lo audiovisual y toda una reflexión artística en torno a la imagen, el sueño y el lenguaje, cuya característica más impactante no es otra que el juego con las dimensiones y los objetos, creando la sensación de estar viendo una película animada a través de los títeres, con una vuelta al origen del teatro de juguetes de papel, popular en los tiempos del autor británico. Una tensión entre lo viejo y lo nuevo, entre la investigación teatral y el respeto a la tradición, que viene a mostrar lo mejor del carácter vanguardista de la compañía. 'Una investigación surrealista y salvaje acerca de la naturaleza de los monstruos y sus asesinos, y el sinsentido cósmico que forja los cimientos de todo". Ya lo dijo el dramaturgo polaco Tadeusz Kantor, "para decir la verdad, a veces, es necesario un ritual que sea absurdo desde el punto de vista de la vida.".
Con el estreno absoluto de la pieza, el festival granadino se asegura mantener el notable nivel de calidad que lleva ofreciendo desde sus inicios. Sólo hay que ver el cartel.
Comentar
0 Comentarios
Más comentarios