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El Festival recibe la voz roja y mestiza de Ángela Muro

  • La cantante presenta el próximo martes en el Isabel la Católica su nuevo disco, 'Marrón glacé', acompañada de grandes músicos como Morten Jespersen

Ángela Muro le canta al marrón glacé. Un color que nunca tuvo para ella un especial significado hasta que probó las castañas en almíbar. De este postre su disco tiene mucho más que el tono acalorado y el sabor dulce y potente. Mucho más que el nombre. Guarda con él una relación de mezcla porque, como dice la artista, "la fusión es la respuesta a un mundo futuro en el que las impurezas serán la belleza". Marrón glacé es voz, jazz, swing, blues, salsa y flamenco. Un horneado indivisible y tímbrico que degustará el Isabel la Católica (a las 21.00 horas) el próximo martes dentro del Festival de Jazz.

Logroñesa de nacimiento y granadina de adopción, Muro lleva años en el mundo de la música y el teatro. Ha colaborado en musicales como Los miserables o Doña Francisquita, bajo la dirección de José Tamayo, ganado el premio a la mejor banda sonora con Bala perdida en la XXIV Muestra de Valencia y publicado con Sony su primer disco Extraño mineral (1996), un trabajo que dista mucho de este nuevo en lo íntimo y personal, pero sobre todo en que en Marrón glacé dice ser "más músico. Antes era una mujer que componía por intuición. Ahora lo sigo haciendo pero tengo más necesidad de aprender y de superarme".

Para hacerlo ha escogido bien. Se ha rodeado de quince reconocidos músicos entre los que se encuentran Morten Jespersen (piano, acordeón y preproducción), Guillermo Morente (contrabajo y bajo eléctrico), Jaime Martínez (batería), Corralito (guitarra española o Pierrot (cello), entre otros, y ha iniciado con ellos un viaje rítmico envidiable por Brasil, México, Cuba... el sur.

Cantante, compositora, arreglista y productora, Ángela Muro se define como una cantautora con ciertos aromas jazzeros, pero para quien la letra y el mensaje son fundamentales.

"Me inspiro en la vida misma. En el amor... ya no sólo entre un hombre y una mujer. Le canto también a mujeres que se me han declarado y a las que yo, desgraciadamente, no he podido corresponder. En el disco hay temas de amor erótico-divertido, filosófico -místico, vitales o de desamor".

De ahí el rojo profundo de la rosa de la portada del álbum. Un rojo pasión y aterciopelado símil perfecto de la voz de Muro.

Harta de dolor por cosas que ha vivido en los últimos tiempos, la cantante se reinventa con temas mucho más positivos que en su primer disco. No hay más que escuchar El secreto, una canción de rotunda esperanza y fe en los milagros.

La música abarca casi todas las horas de su vida. "No todas, porque también me encanta cocinar, leer... Pero reconozco que a veces, mientras estoy haciendo algo, se me ocurre una melodía y tengo que salir corriendo a grabarlo al mp3".

Lo demostrará este martes con un directo que promete en el Isabel la Católica, el mismo lugar en el que imaginó que cantaría hace justo un año. Un directo que subirá al escenario a todos los músicos que la acompañan en el disco y que, aun así, sonará a lo que suena cuando la cantante coge su guitarra y canta, porque "no hay un solo arreglo que no haya salido de la voz". Igual de dulce. Igual de potente.

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