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Fran Perea presenta 'El ciclista utópico' en Teatro de Salobreña

  • Fernando Soto comparte escena con el intérprete malagueño en esta comedia negra dirigida por Yayo Cáceres de Ron Lalá

Los dos actores en una función de 'El ciclista utópico'.

Los dos actores en una función de 'El ciclista utópico'. / g.h.

Fran Perea aterriza en el Teatro de Salobreña hoy con El ciclista utópico, inquietante comedia negra que dirige Yayo Cáceres y en el que comparte escena con Fernando Soto (La casa de papel, Apaches, Celda 211). El actor y productor malagueño estrenó el pasado mes en Madrid con un rotundo éxito su debut en la dirección, Souvenir, una obra que se gestó en su ciudad natal hace meses gracias al proyecto municipal dedicado a las artes escénicas Factoría Echegaray.

¿Hasta qué parte de nuestro espacio íntimo podemos dejar entrar al otro? ¿Dónde se marca la frontera entre lo público y lo privado?, inquiere la dramaturgia de Alberto de Casso, que llega hoy al Teatro de Salobreña con el aval del Premio de Literatura Dramática Fundación Teatro Calderón de Valladolid en 2014.

El ciclista utópicoes una producción del Teatro Calderón, Emilia Yagüe Producciones y Feelgood Teatro, compañía formada por el propio Perea, el también malagueño Javier Márquez y la recién premiada con un Max Ainhoa Santamaría que cuenta con dos producciones propias: Feelgood y La estupidez. Un espacio escénico diseñado por Carolina González, iluminado por Miguel Ángel Camacho y con la ambientación musical del propio Yayo Cáceres (no olvidemos que es un miembro de Ron Lalá), arropa a Perea y Fernando Soto, dos intérpretes de amplia y reconocida trayectoria en teatro a los que ha vestido otra habitual colaboradora de Feelgood, Tatiana de Sarabia.

Ls historia del espectáculo se centra en Manuel (Fran Perea, un maestro rural que vive feliz y apaciblemente con su mujer y sus tres hijas menores de edad. Acebal (Fernando Soto) es un hombre rústico, cerril, reaccionario, exaltado y aparentemente ingenuo que diseña en su ilusoria cabeza una serie de máquinas delirantes, insensatas y utópicas que faciliten las relaciones humanas. El destino los une un día en que, cegado por el sol, Manuel atropella en un cruce al ciclista Acebal y destroza su bicicleta. El ciclista se muestra muy apenado por este hecho y despierta la compasión del maestro.

Este atropello hará que surja un vínculo fuerte, tenaz y sumamente destructivo entre ambos personajes. El ciclista Acebal se infiltrará cada vez más en la vida familiar y laboral de Manuel hasta convertir su existencia en un tormento y al final hará que su presencia resulte tan sofocante como necesaria, y todo llegue a un punto de no retorno. ¿Quién atropellará a quién al final? Las respuestas hoy en el Teatro de Salobreña.

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