Cultura

Fuente de inspiración artística

  • Jerez, gracias a las aportaciones de nombres como Caballero Bonald o Paco Cepero, marcó parte de la vida profesional del cantaor lebrijano.

Juan de la Santa Trinidad Peña Fernández, El Lebrijano, siempre mantuvo una relación especial con Jerez. De por sí, Lebrija ha sido siempre una tierra hermana, y artistas de una y otra localidad han estado constantemente a caballo y emparentados. Cierto es que, en los primeros años de carrera artística, El Lebrijano desfiló por muchos escenarios jerezanos. Así, fue frecuente verle por los Jueves Flamencos que organizaba Manuel Morao y en aquellos cursos veraniegos de la Cátedra de Flamencología, con la que siempre tuvo una estrecha relación pues alguna que otra vez también colaboró en las galas organizadas en Villamarta para las campañas de Navidad benéficas. "Recuerdo que una vez le pagamos 35.000 pesetas por actuar en el Alcázar, siempre fue muy profesional", recuerda Manuel Pérez Celdrán, uno de los padres de la institución.

En cambio, con el paso del tiempo, sus apariciones por Jerez se redujeron al máximo hasta el punto de que en los últimos años su presencia en cualquiera de los eventos flamencos de esta ciudad fue nula. Curiosamente, la última vez que lo vimos por estas tierras no fue cantando sino en una de las Presencias Flamencas organizadas por la Universidad de Cádiz, en febrero de 2010. En el escenario, en cambio, sus últimos pasos por Jerez fueron en 2005, primero participando en el IX Festival de Jerez. Lo hizo a última hora y sustituyendo a Bernarda de Utrera, en una noche en la que compartió cartel con la bailaora Milagros Mengíbar y Paco Cepero, su gran amigo. Meses más tarde, en junio, regresó para sumarse en la plaza de toros al multitudinario homenaje tributado por el mundo del flamenco a Parrilla de Jerez, que en aquella fecha luchaba por recuperarse de sus problemas de salud.

Su amistad con Paco Cepero, ayer visiblemente afectado, traspasó fronteras. Ambos grabaron aquel memorable disco con la Orquesta Andalusí de Tánger, un ejemplo de su capacidad para abordar proyectos atrevidos y salir ganador, un trabajo que sirvió para consolidar un binomio que años antes había recorrido multitud de festivales.

Pero si hay alguien que ha marcado la vida artística y personal de El Lebrijano, ese ha sido José Manuel Caballero Bonald. Su primer acercamiento se produjo con el disco citado con anterioridad, Encuentro, grabado con la Orquesta Andalusí. Fue el Premio Cervantes jerezano quien le escribió las letras, algo que también hizo años más tarde. Fue coincidiendo con la celebración del IV centenario del descubrimiento de América. La idea surgió en Sanlúcar, otra ciudad muy vinculada al cantaor, para fraguarse en el disco ¡Tierra!, un trabajo editado en 1992 con motivo de la Expo de Sevilla pero que dada su poca difusión fue reeditado por el propio Juan en 2007.

Fue en este disco donde echó mano de otro artista jerezano, Fernando de la Morena, con el que años antes había contado para participar en alguna de sus extensas giras.

Institucionalmente, el máximo organismo flamenco de esta ciudad, cuyos miembros están ahora en pleno proceso de reactivación, la Cátedra de Flamencología, le entregó a Juan Peña el Premio Nacional de Cante en 1979, aunque previamente, tres años antes, ya recibió un reconocimiento de esta misma institución por su trabajo discográfico Calli (1976), un disco en el que tuvo la colaboración de Félix Grande.

En la provincia gaditana, El Lebrijano también ha sido una figura respetada. En Sanlúcar, como se ha mencionado con anterioridad, fue un habitual en muchas de sus programaciones flamencas, al igual que en Chiclana, cuyas apariciones en la añorada Parpuja fueron constantes coincidiendo con lo más granado del cante de aquellos años setenta y ochenta; Algeciras, sobre todo tras el boom de la Orquesta Andalusí, y en otras localidades como Chipiona. En diciembre de 2000 fue reconocido por la Sociedad del Cante Grande de Algeciras con la Palma de Plata, y recientemente, en noviembre de 2015 fue homenajeado en San Fernando, en concreto en la Venta de Vargas, donde se le entregó el premio Leyenda del Flamenco.

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