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García Lorca ya es un clásico en la caligrafía china

  • El artista Wang Dongling lleva los versos del 'Romance sonámbulo' a Plaza Nueva para convertirlos en una obra de arte visual con caracteres y símbolos chinos

La poesía de Federico García Lorca es tan buena, tan versátil, que no sólo puede ser leída o cantada en cualquier género musical (del flamenco al punk, del jazz al tango), sino que hasta también puede ser vista. Ser poesía visual y sonora al mismo tiempo. Eso es lo que demostró ayer el calígrafo chino Wang Dongling en Plaza Nueva ante decenas de curiosos. Convirtió en un poema visual, en chino, el famoso Romance sonámbulo, del Romancero gitano. De pronto el verso "Verde que te quiero verde" pasó de ser una imagen mental a una imagen real sobre el suelo de Plaza Nueva. Era un Lorca en chino.

La iniciativa de traer a Granada al artista y calígrafo Wang Dongling corrió a cargo de la Bienal del Milenio de Granada 2011. Fue precisamente este creador el que cerró el ciclo de artistas que han pasado por la ciudad para dejar las muestras más variopintas de arte de vanguardia. En directo y ante el público que se congregó en Plaza Nueva a mediodía, Dongling extendió una inmensa pancarta de papel de ocho por cinco metros y, con la ayuda de un asistente que portaba un cubo con tinta, comenzó a pintar sobre ella los versos del poema. Es la primera vez que una iniciativa de este tipo y de estas características se pone en marcha en Granada.

Lo curioso de la caligrafía china es que su alfabeto es, al mismo tiempo, significado y símbolo. Las palabras, más que la sucesión de diferentes letras, son a veces objetos en sí mismas, son imágenes que remiten a un significado. En China, además, los calígrafos están considerados como los más nobles de entre los artistas y su reputación es realmente alta. Cada trazo, cada golpe de brocha sobre el papel tiene un significado muy concreto, casi ritual, y los entendidos en ese arte lo aprecian tanto en China como en España podría apreciarse una buena faena en una corrida de toros. La forma de "escribir" de un calígrafo revela, además, su propia personalidad individual.

Nacido en Rudong, China, en 1945, Wang Dongling es un artista y un innovador de la caligrafía de su país. Está incluido en el grupo definido como los modernistas, que fueron los que comenzaron a despuntar en la década de los años ochenta y trataron de dejar atrás los años más siniestros de la Revolución Cultural impulsada por Mao para buscar aires de libertad y creatividad al margen del régimen comunista y sus estrictas imposiciones en cuanto a materia de arte.

Dongling estudió Bellas Artes y a comienzos de los años ochenta fue admitido en la Facultad de Arte Tradicional de China de Hangzhou, en la especialidad de caligrafía. Después de estudiar con los máximos creadores del arte de la caligrafía de su momento, fue el propio Dongling quien se convirtió, a su vez, en una referencia para las nuevas generaciones y en un verdadero renovador en el género.

Dongling se marchó posteriormente a Estados Unidos al objeto de mostrar su arte y, al mismo tiempo, aprender de la cultura occidental para adaptarla a su propia visión personal. Desde entonces, su éxito ha sido imparable. Ha expuesto en el Museo Metropolitano de Nueva York o en el British Museum de Londres. Ha publicado libros en los que explica la técnica, el significado y la importancia de su estilo como El arte de la caligrafía y se ha convertido en un o de los grandes maestros de su país. Hoy es el director del Centro de Investigación de la Caligrafía Contemporánea en la Academia Nacional de Arte de China de Hangzhou, la facultad de Bellas Artes más importante de China, y que cuenta con 7.000 estudiantes dedicados expresamente a ello.

Dongling ha conseguido conciliar las técnicas de caligrafía china que unen lo contemporáneo con lo tradicional y ha creado un lenguaje nuevo, un lenguaje distinto, un lenguaje personal. Eso es lo que el maestro trajo ayer a Granada de la mano de otro ser universal: García Lorca.

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