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Granada se rinde a Raimundo Heredia, "las brazos más bonitos del flamenco"

  • El auditorio Manuel de Falla acoge hoy un homenaje al bailaor granadino donde participarán Juan Andrés Maya, Curro Albaicin, Estrella Morente, Rafael Amargo y Juan Habichuela Nieto

Raimundo Amador posa frente al cartel del homenaje que se celebra hoy en el auditorio Manuel de Falla.

Raimundo Amador posa frente al cartel del homenaje que se celebra hoy en el auditorio Manuel de Falla. / carlos gil

Cualquiera que haya tecleado las palabras "cuevas, Granada, documental y años 60" en el buscador de Youtube ha visto a aquel niño gitano, despeinado y con mucho arte, bailando flamenco descalzo a escasos centímetros de las cuevas del Sacromonte. No es que lo haga bien, es que parece que ha nacido para ello. Ese momento es tan sólo un extracto de Flamenco, encuentros con los gitanos españoles, un valioso documental grabado en el barrio granadino a principios de 1962 por un equipo de la televisión pública sueca dirigido por el guitarrista Dan Grenholm y el fotógrafo Lennart Olson. Fue el bailaor granadino Raimundo Heredia Heredia, con quien Grenholm había trabajado en Suecia años atrás, quien los puso en la pista de aquel lugar tocado por el duende. El auditorio Manuel de Falla acoge hoy un homenaje a Heredia, organizado por Juan Andrés Maya y Curro Albaicin, en el que participarán "flamencos de primera categoría" como Estrella Morente, Rafael Amargo, Marina Heredia, Juan Habichuela Nieto, Kiki Morente y Manuel Fernández Montoya El Carpeta.

El trabajo del bailaor, pionero en el arte de exportar el flamenco granadino por medio mundo, será reconocido con un espectáculo donde la zambra será la protagonista. Ésta se corresponde con el baile originario de las bodas de los primeros gitanos que habitaron el Sacromonte, de donde procede Raimundo. "Se trata de hacerle un homenaje a este bailaor de Granada que estuvo muchos años llevando el flamenco por el mundo para animarle, porque los flamencos no tenemos pagas", señaló ayer Juan Andrés Maya durante la presentación del concierto en el que cada artista saldrá al escenario a "hacer lo que sienta con total libertad".

El trabajo del artista será reconocido con un montaje con la zambra como protagonista

De Raimundo Heredia, que tiene 80 años, decían Cristina Hoyos y Eva Yerbabuena que "tenía los brazos más bonitos del flamenco", recalcó Maya. Los primeros pasos del bailaor, rememoró ayer muy lúcido, "fueron a los ocho años en las cuevas del Sacromonte, en concreto en la cueva de la Rocío". A esa edad, un concertista de guitarra llamado Dan Grehöln se fijó él. Le prometió que volvería a por él cuando cumpliera 14 años. Y así fue. Heredia, recordó Maya, emborrachó a su padre para escapar de casa -y del hambre- y acabar embarcando a Suecia, donde pasó una década de su vida. "Me fui sin saber leer ni escribir, pero a los tres meses ya hablaba el idioma. Quería estudiar para dentista en Estocolmo, pero seguí bailando. Lo hacía en todas partes, hasta en la Ópera de Estocolmo -junto a la famosa bailarina parisina Yvette Chauviré- y después me puse a recorrer el mundo entero", contó entusiasmado.

Heredia aprendió el oficio con los mejores: Juan Sánchez Valencia y Rendón Ávila El Estampío, la gaditana Regla Ortega y Antonio El Bailarín. También estudió clásico con Héctor Zaraspe, el que fuera maestro privado de Margot Fonteyn y Rudolf Nureyev. El artista granadino explicó que "para bailar bien flamenco hay que tener duende, pellizco (chasquea los dedos), hay que trasmitir". "Quien lo siente mucho es mi nieta Marina Heredia, muy buena bailaora, y cada vez que la veo se me saltan las lágrimas", reconoció tras la presentación del espectáculo benéfico que tiene como objetivo recaudar dinero para comprar una prótesis o una silla eléctrica.

El artista granadino perdió una pierna el año pasado. "Le prometimos que en el momento que todos pudiéramos le íbamos a organizar un homenaje para que tuviera una u otra cosa", declaró Maya, que subrayó que Heredia es "una raíz del Sacromonte porque fue él uno de los primeros que salió de allí y llevó el nombre de Granada por el mundo". El bailaor, que se retiró a los 60 años orgulloso de "haber bailado mucho y haber visto mundo", se despidió ayer con una frase que no pudo sonar mejor en su boca: "Que me quiten lo bailao".

Con 14 años se fue a Suecia, donde desarrolló gran parte de su trayectoria, aunque ha recorrido medio mundo con el flamenco, lo que le permitió trabajar incluso en el cine y conocer a artistas como Ingmar Bergman, Ava Gardner y John Huston. "Gardner quería acostarse conmigo. Yo trabajaba en el Florida Park. Venía con Frank Sinatra, pero ya no tenían relación. Una noche entró en Florida Park. Llevaba un traje verde, era guapa a rabiar. A las dos horas de estar allí, ya no era Ava Gardner, era un monstruo. A mí me cogió y no me quería soltar. La rechacé en el ascensor del Hotel Castellana Hilton", explicó hace unos años en una entrevista a Granada Hoy.

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