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"Granada fue en un tiempo una gran oportunidad para el ascenso social"

  • El investigador publica en 'Linajes granadinos' la historia de algunos de los apellidos que más poder ostentaron en la ciudad a partir del siglo XV

Granada, tras la conquista por los Reyes Católicos, fue la ciudad de las oportunidades para todo aquel que quisiera tener un señorío o un título nobiliario. Bastaba con tener influencias o el dinero suficiente para comprarlo. Ésa es una de las ideas que se extraen del libro Linajes granadinos, de Enrique Soria Mesa, publicado por la Diputación de Granada en su colección Los Libros de la Estrella y presentado ayer en el Archivo de la Real Chancillería. Es la historia de 18 de los apellidos más influyentes en la provincia desde el siglo XVI.

-¿Cómo surgió la idea de hacer este libro?

-Es un trabajo en el que he invertido muchos años de preparación. Siempre me he dedicado a estudiar la élite granadina en particular y la élite española en general. Desde el primer momento siempre tuve claro que la genealogía es una herramienta de trabajo para estudiar los mecanismos de poder, y que los linajes familiares eran fundamentales en ese poder.

-Se ha centrado sólo en casi una veintena de linajes ¿Hay más?

-Sí, por supuesto. Yo tengo reconstruidos más de un millar de linajes granadinos pero, por las dimensiones del libro, me he centrado en los más interesantes.

-Por lo que se lee en el libro, a diferencia de otras ciudades, como Sevilla, en que aún existe el ducado de Medina Sidonia, en Granada parece que todos aquellos nombres desaparecieron...

-Sí. Hoy los apellidos que quedan no tienen ninguna trascendencia histórica aunque algunos sigan manteniéndose. Puede haber apellidos como Mendoza, pero no por ello descienden de verdad de los Mendoza originales. Es posible que también mucha gente que tenga ascendencia noble ni siquiera lo sepa.

-¿Fue Granada un caso extraño para hacerse con títulos?

-Sí, totalmente. Granada era un reino fronterizo con muy poca nobleza de sangre, muy abierto al ascenso social. Al igual que sucedió con América, hubo una cantidad enorme de grupos familiares que no eran nobles y que ocuparon ese nicho ideológico. Por lo general, se trataba de judeoconversos, de moriscos colaboracionistas, de comerciantes genoveses. Mercaderes o labradores ricos provechaban su fortuna para meterse en el mundo de la nobleza. Granada fue un modelo perfecto de ello, del ascenso social. Además, cuanto más lejos se está del centro real del poder, menos estrictas son las normas. La mayoría de los títulos eran comprados. España se había convertido en un imperio tan grande que necesitaba de mucha gente que se ocupase de las tierras, de los señoríos. Muchos judeoconversos y moriscos aprovecharon aquellas circunstancias para hacerse con un señorío y con un nombre nuevo al objeto de borrar cualquier rastro de su pasado.

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