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Gregorio Salvador recibe la Medalla de Honor con "inmensa gratitud"

  • El vicedirector de la Real Academia de la Lengua recibió la distinción de la Fundación Rodríguez-Acosta por su apasionada defensa del idioma español y la prosa narrativa

"Casi no voy a poder hablar. Mi alegría y mi gratitud son inmensas". Así se expresó ayer en Granada el vicedirector de la Real Academia de la Lengua y Doctor Honoris Causa por la Universidad granadina Gregorio Salvador en el acto en el que la Fundación Rodríguez-Acosta le hizo entrega de su Medalla de Honor. "Después de escuchar todos los halagos que se han pronunciado sobre mí, casi estoy convencido de que, si soy como ellos me han descrito, se me ha hecho justicia", bromeó el filólogo.

El pleno del patronato de la Fundación había acordado en una reunión celebrada el 14 de diciembre conceder la distinción a Salvador "por ser una prestigiosa y extraordinaria personalidad granadina de nuestro tiempo, un destacado filólogo y lingüista, una autoridad en los estudios dialectológicos e, igualmente, un apasionado defensor de la lengua española y un exquisito cultivador de la prosa narrativa".

En el acto de entrega estuvieron presentes el presidente de la Fundación, Miguel Rodríguez-Acosta; el vicepresidente, Antonio Sánchez Trigueros -encargado de leer la laudatio del homenajeado-; y los poetas Rafael Guillén y Álvaro Salvador, entre otros.

"¡Cuánto es el honor que recibimos por tenerlo hoy en esta casa!", exclamó el presidente de la Fundación Rodríguez-Acosta en su discurso de bienvenida. "Su presencia tiene especial significación por las vivencias del profesor con la Universidad de Granada". Rodríguez-Acosta resaltó en ese sentido la manera en la que el catedrático había difundido el nombre de la ciudad por todo el mundo.

Por su parte, Antonio Sánchez Trigueros destacó una personalidad "enormemente atractiva por los relieves en los que ha desarrollado su historia personal". El catedrático resaltó que Salvador fue "discípulo leal y aventajado" del maestro Manuel Alvar y recordó la anécdota en la que el viejo profesor "que jamás reía en clase" entró un día todo sonriente porque su alumno, el joven Salvador, había conseguido una plaza de catedrático. Sánchez Trigueros destacó, además, el hecho de que Gregorio Salvador, que hizo su tesis sobre el habla de su pueblo natal, Cúllar Baza, puso a esta localidad en boca de todo el mundo filológico, llegando a ser ejemplo así de una forma de entender las palabras y el lenguaje.

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