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El Guerrero original

  • Una muestra reúne en Granada los primeros cuadros que el pintor realizó en sus inicios

La imperfección de los inicios de todo artista, por mucho que éste pretenda ocultarla cuando alcanza la madurez, conlleva también el germen del genio. Eso es lo que pretende mostrar el Centro José Guerrero con la muestra José Guerrero. Los años primeros, 1931-1950, en los que se exhibe toda la obra de sus comienzos y la evolución que le llevaría a ser uno de los grandes pintores del siglo XX. La exposición puede contemplarse hasta el próximo 11 de enero.

Comisariada por Francisco Baena y Yolanda Romero, la muestra recoge 36 cuadros al óleo y 36 dibujos sobre papel con las primeras obras que realizó el pintor granadino. Se trata de cuadros figurativos en su mayoría, con algunos elementos recurrentes, como las palomas, los paisajes, el sol o la luna y cruces, síntoma de cierta religiosidad, algo que tuvo un gran estallido en España tras el final de la Guerra Civil. En los cuadros, algunos de enorme simpleza y casi hasta ingenuidad, hay, sin embargo, atisbos de lo que sería el Guerrero maduro.

Una de esas obras es Lavanderas, del año 1950, en los que Guerrero ya busca la abstracción de las formas y un universo distinto al imperante en la época, muy figurativo.

"La exposición muestra el proceso de destilación de la figuración a la abstracción", explicó ayer Francisco Baena. "Se detecta la gran importancia y presencia que tenían los paisajes en su obra, los espacios". Precisamente esos espacios, espacios abiertos, serían el rasgo más destacado del Guerrero en plena madurez.

"El mensaje de esta exposición es sacar a la luz la obra que estaba un poco en la sombra, porque a los artistas no les interesa sacarla", señaló Baena. "Al poner todo en conjunto, se ve cómo una especie de laboratorio donde se van destilando una serie de constantes formales, incluso simbólicas. Hay muchos elementos recurrentes que terminaron derivando en los símbolos de Guerrero. Guerrero partió de unos principios académicos y tuvo que ir conquistando la abstracción", dijo Baena, quien explicó que, mientras los estudiantes de Arte de hoy tienen rápido acceso a la pintura más vanguardista, en la época del pintor granadino eso era toda una lucha.

Los organizadores de la exposición resaltaron ayer las dificultades para poder montarla, ya que muchos cuadros estaban en colecciones particulares. "Hay incluso uno que procede de Alaska", indicó Baena. En otros casos, algunas de las obras han tenido que restaurarse debido a su deterioro y a la pobreza de los materiales. "Hay que tener en cuenta que, tras la Guerra Civil, la penuria económica no hacía posible conseguir buenos materiales", señaló la directora del Centro Guerrero, Yolanda Romero. "Algunos cuadros, incluso, tenía los efectos de la dobladez, ya que sólo doblándolos el pintor podía transportarlos de un lugar a otro".

La muestra también exhibe una serie de dibujos de enorme interés por la capacidad de abstracción de Guerrero y su búsqueda de nuevas formas de expresión artística.

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