Actual

Hermanos en la obra de Ayala

  • La Fundación del escritor entrega sus primeras distinciones a Antonio Sánchez Trigueros y Manuel Ángel Vázquez Medel

Carolyn Richmond no necesitó leer ningún papel en el atril para agradecer el trabajo de los últimos 30 años de Antonio Sánchez Trigeros y Manuel Ángel Vázquez Medel. Ambos recibieron ayer las primeras distinciones del Patronato de la Fundación Francisco Ayala por sus trabajos sobre el intelectual granadino y por impulsar el estudio de su figura desde sus respectivas universidades. "Merecen todo nuestro agradecimiento porque sin ellos no estaríamos aquí, no existiría esta Fundación y no se conocería tanto la obra de un escritor que estaba medio olvidado por su país", resaltó la viuda del autor de Muertes de perro. "Mi marido se lo pasó muy bien en su compañía y aprendió mucho de su propia obra gracias al trabajo de estos dos hermanos en la difusión de la obra de mi marido", continuó sobre los impulsores y primeros secretarios de la Fundación Ayala.

Sánchez Trigueros hizo un repaso por al "largo pero constante proceso de reconocimiento" del autor en Granada y España. "En la Transición su figura despertaba recelos porque para unos era un viejo republicano, un rojo, y para otros un ideólogo burgués, un traidor", explicó el catedrático de Teoría de la Literatura de la UGR, quien puso como ejemplo el "vacío político" con el que se encontró el escritor exiliado durante la posguerra en su viaje académico a la Granada de 1977. "Ayala fue siempre un destacado representante de la tercera España, la España puente que reivindicó Ortega con el que trabajó antes del golpe de estado de Franco", resaltó Trigeros.

Por su parte, Manuel Ángel Vázquez Medel consiguió sintetizar en una frase el impacto que tuvo en él la figura del intelectual granadino: "Tuve la suerte de conocer y tratar a Francisco Ayala y eso cambió mi vida", dijo el catedrático de Literatura y Comunicación de la Universidad de Sevilla en el comienzo de su memorandum ayaliano. Vázquez Medel hizo en su discurso un completo repaso a los recuerdos y olvidos que sufrió la figura de Ayala. "En 1981 era una injusticia que nunca nadie le hubiera dado las gracias por nada", resaltó. Después, le llegaron finalmente el Premio Nacional de Narrativa (1984) y el Cervantes (1991), y con ello el reconocimiento a la obra de "uno de los mayores narradores del siglo XX y uno de los intelectuales mayores en el ámbito hispánico".

Sánchez Trigueros y Vázquez Medel recibieron además un ejemplar de la obra de Joaquín Peña-Toro Limonero en el jardín de las delicias, que evoca el árbol bajo el que están enterradas las cenizas del autor, a escasos 20 metros de donde tuvo lugar el acto en el Palacete del Alcázar del Genil, sede de la Fundación Ayala.

Al acto presidido por la viuda del escritor, Carolyn Richmond, asistieron el consejero de Cultura de la Junta de Andalucía, Paulino Plata; el concejal de Cultura en funciones en el Ayuntamiento de Granada, Juan García Montero; la diputada provincial de Cultura, María Asunción Pérez Cotarelo; y Miguel Gómez Oliver en representación de la Universidad de Granada. "Mi marido, que siempre está conmigo, os da las gracias a todos", concluyó Richmond.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios