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Historia viva del reggae en directo

  • The Skatalites, la mejor banda jamaicana del género, se suma hoy a la Fiesta del Espárrago Verde de Huétor Tájar junto a Fidel Nadal y El Puchero del Hortelano

Antes de que se acuñara el término reggae, de que emergiera la figura de Bob Marley y de que trascendiera la existencia del rastafarismo, The Skatalites ya era la mejor banda de Jamaica. Cuatro décadas después, el grupo sigue en pie y hoy será la gran atracción del V Festival del Espárrago Verde de Huétor Tájar, en el que también actúan los granadinos El Puchero del Hortelano, Fidel Nadal (ex Todos Tus Muertos) y Ea!

Hasta finales de los 50, el ritmo autóctono en Jamaica era el mento, primo del calypso. Con la influencia del rhythm & blues se fue transformando en algo bastante más rico a lo que se dio en denominar ska. Y poco a poco surgieron solistas -Justin Hinds, Prince Buster, Alton Ellis o Ken Boothe- y tríos de cantantes -The Paragons, The Melodians, The Jamaicans- que hacían hermosas armonías vocales, a imagen y semejanza de The Drifters.

Pese a su raquítica industria, en Jamaica hubo una explosión de nuevos talentos impresionante, y The Skatalites fue la banda -aunque más cabría decir la orquesta, dada su amplitud- con la que muchos de los citados grabaron sus discos, a las órdenes de productores como Clement Dodd o Duke Reid y en el mítico Studio One.

Su presencia era garantía de calidad. No podía ser de otra forma si allí estaban Tommy Mc Cook, inmenso saxofonista con un sentido de la melodía incomparable, Jackie Mittoo, que llevó la música jamaicana a las fronteras del funk, o Don Drummond, maestro del trombón y hombre de vida agitada: se le acusó de matar a su novia y fue ingresado en un psiquiátrico, donde falleció en 1971.

Respaldando a otros o en discos propios, fundamentalmente instrumentales, The Skatalites reinaron mientras en la isla mandaban el ska y el rockstead. Hasta se asomaron a las listas de éxitos del Reino Unido con su tema más popular, Guns of Navarone. Después fueron perdiendo peso conforme se impuso el roots, más básico en lo musical y con una fuerte carga social y religiosa en las letras. Y el auge del repetitivo y sintetizado dancehall desde los ochenta no contribuyó a que volvieran a la primera línea. Sin embargo, se mantuvieron en la brecha, sacando discos con cuentagotas y consiguiendo, por ejemplo, un grammy en 2004 como banda de acompañamiento de Toots (el de The Maytals).

Vienen a presentar su último álbum, On the right track. La muerte hizo una escabechina con la alineación original y de ella sólo quedan el saxofonista Lester Sterling y el baterista Lloyd Knibbs, aunque no son sus únicos atractivos: otro mito vivo, el contrabajista Val Douglas (que ha trabajado con Abyssinians, Delroy Wilson, Joe Higgs o The Meditations) también está en los actuales Skatalites. Pero, con independencia de quién venga, lo más destacable es que el espíritu permanece y quienes les han visto aseguran que están casi a la altura de su mito, que no es poco.

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