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Hora Zulú: Estrujando el alma en canciones

  • 'Creer querer-Querer creer', el esperado cuarto disco de la banda granadina, arremete contra las conciencias débiles con un rock de raíces andaluzas donde cobran fuerza los instrumentos tradicionales

Un título capicúa, Creer querer-Querer creer, como alegato de toda la fe que el mundo necesita para seguir su marcha. En él no hay dobleces, ni segundas intenciones de por medio, no caben, porque sólo hay lugar para argumentos de vida dichos con música. En su esperado cuarto disco, Hora Zulú da un paso hacia delante en todo lo que han sido sus señas de identidad hasta el momento: un rock descarnado y directo construido a golpes de metal, hip hop, flamenco y sonidos árabes con unas letras que arremeten contra las conciencias débiles y que invitan a no quedarse indiferente: "No es más dulce una patada por mucho que se la espera, no es la vida en estas cosas casi nunca delicada y por más que avisa casi siempre es traicionera", cantan a escondidos entre los versos de En tu nada.

Detrás de los once temas que dan forma a Creer querer-Querer creer hay tanto trabajo como ilusión. "Nos hemos dejado el alma en este disco, le hemos echado toda la pasión que teníamos y nos hemos 'estrujado' artísticamente como nunca", afirma tajante Paco Luque, guitarrista de Hora Zulú.

La banda al completo se encerró de lleno durante un mes -del 19 de noviembre al 19 de diciembre- en los míticos estudios madrileños M-20 y, una vez allí, se rodearon de instrumentos tradicionales para "ahondar más en el sonido andaluz" que siempre ha abanderado sus trabajos. Luque, junto a Aitor Velázquez (voz), Álex Bedmar (bajo) y Javi Cordovilla (batería) no han estado solos en esta aventura ya que, desde los primeros pasos del nuevo álbum, han contado con el total apoyo de Avispa Records -discográfica de grupos como Medina Azahara o Saratoga-, que no ha querido dejar escapar los tres próximos trabajos de una de las bandas de metal en España con mayor proyección del momento. "Ha sido un placer profesional trabajar con Avispa y con David Martínez como productor. Todo ha sido muy fácil con ellos y desde el principio han puesto casi más ilusión que nosotros en este disco", cuenta.

En lo artístico, en Creer querer-Querer creer conviven letras sociales con otras composiciones más intimistas que hablan de vivencias personales y recuerdos familiares. "Aitor siempre busca contar lo que ha sentido, no le gusta hablar por boca de nadie", asegura Luque. Con ellas, nada mejor que una vuelta de tuerca a su sonido más característico: estribillos pegadizos y un ritmo desenfadado para exprimirle todo el rock a la guitarra flamenca.

Toma y obliga, el primer single de este trabajo, reúne todos los elementos que definen a Hora Zulú: "Es una como una carta brutal de presentación en la que dejamos claro el lado del que vamos".

Pero en este cuarto disco hay sitio para todo, y así se puede escuchar desde un tema tan "redondo" como Las trenzas de tu pelo hasta otro "que es una auténtica explosión de fuerza, con un final apoteósico, de los que se esperan para el cierre de un concierto", como es Codo con codo. También hay espacio para canciones como En esta cueva, una de las últimas composiciones que se crearon para este álbum, y en la que el punk rock toma el pulso a unas melodías que recurren al sonido exótico del canún (un complicado instrumento egipcio) y del laúd.

El resto se mantiene en línea de sus anteriores Me duele la boca de decirlo (2002), Crisis de claridad (2004) y El que la lleva la entiende (2006), aunque ha querido dejar un lugar destacado para las colaboraciones de peso. Hate de Violadores del Verso comparte micrófono con Aitor en Luego querrán, el tema que cierra el disco por todo lo alto: "Desde hace mucho tiempo nos une una gran amistad y siempre habíamos hablado de hacer algo juntos. Él es un gran amante de la música y es mucho más guitarrero de lo que parece, así que la chispa entre Aitor y él surgió instantáneamente".

La gira de Creer querer-Querer creer arrancó el pasado 8 de marzo en Almería y, en este tiempo, ya ha visitado numerosas ciudades españolas. La parada en Granada tendrá que esperar hasta el final del tour, cuando los temas estén "más que rodados" y puedan experimentar junto a su público el "intercambio de energía" que ya experimentaron en sus últimos pasos por la sala El Tren.

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