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Indagación formal, fantasía sincrética

Compañía: Titiritrán. Actores, diseño de escenografía, títeres y objetos: Maruja Gutiérrez y Pedro López. Guión original: Pedro López y Maruja Gutiérrez. Imágenes digitales: Joaquín López Cruces. Dirección: Maruja Gutiérrez, Pedro López y Luís Zornoza. Lugar: Teatro Alhambra (ciclo Teatro de Títeres para la Familia). Fechas: 7 y 8 de enero de 2012.

Barbacana, el segundo espectáculo de la trilogía de obras que programa el Teatro Alhambra para celebrar el XV aniversario de la compañía Titiritrán, es una pieza que deja ver la indagación formal, la evolución hacia técnicas narrativas mixtas -música electroacústica y generación de imágenes por ordenador, junto a las tradicionales teatro de títeres, objetos y sombras- al servicio del buen arte de narrar de esta compañía y no del mero alarde técnico o experimental.

Esta historia de piratas, estrenada cinco o seis años después de esa magnífica ópera prima Cuarto de cuentos, establece una clara continuidad como un sello propio de la compañía, al anclar la pieza en un tono visual, narrativo, decididamente poético y una ética de singular corte humanista vertebrando la historia de nuevo. Lejos del barroquismo escenográfico de la primera pieza, Barbacana depura al máximo los elementos escénicos bastándose con un telón, una escalera y una caja para -con el apoyo de música, imágenes proyectadas, el títere protagonista y un puñado de objetos simples- contar la historia entrañable del pirata, que un buen día decidió capturar a la luna.

El sincretismo y la sencillez visual con la que se sirve la historia, contrasta con los poderes fáusticos de la poesía y toda la fantasía visual que acciona la transmutación de esos simples elementos en escena. La lógica, sabiamente, es la misma y propia de la fantasía infantil. Así, un telón muta a vela de embarcación; un periódico, a barquito, sombrero pirata o catalejo; una caja de cartón, a barco pirata o bañera. Es hermoso que el trabajo de indagación formal derive en la lógica de la fantasía sincrética, sin que la tecnología imponga como suele suceder su lógica de verismo virtual.

Asombroso en la pieza, llamativo, resulta ver lo bien que funciona y se acopla la abstracción de la música electroacústica subarayando los cambios rítmicos, paisajísticos o emocionales por los que se pasea esta historia. Historia más fantasiosa, aventurera y poética que humorística o divertida en sentido explícito, neto.

Barbacana, una pieza merecidamente premiada en su momento, girada por festivales internacionales; hoy felizmente repuesta y rodando años después.

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