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El iraní Jafar Panahi logra el Oso de Oro de la Berlinale con 'Taxi'

  • El premio al mejor director recae en el rumano Radu Jude y la polaca Malgozata Szumowska

La Berlinale lanzó ayer una contundente señal política a Irán entregando el Oso de Oro a la película rodada de manera clandestina Taxi, de Jafar Panahi, que corona un palmarés muy latinoamericano con dos importantes premios para Chile y uno para Guatemala.

El premio a Panahi tiene naturaleza de gesto solidario con un cineasta que es un viejo conocido del festival -estuvo en competición en 2011 con Fuera de juego y volvió en 2013 con Closed Courtain-, actualmente inhabilitado por el régimen de Teherán y que no pudo acudir a Berlín ni a presentar su película ni a recoger el trofeo.

Panahi brilla en el papel de taxista en una película diseñada como un falso reality con los pasajeros que suben y bajan de su vehículo, a modo de mosaico para retratar la sociedad iraní actual. Panahi es el amable taxista, pero también el director al que alguno de los pasajeros descubre sin dificultad, y hace discurrir así por su automóvil a todo aquel que le parece relevante para su retrato, incluida una abogada defensora de activistas y críticos al régimen. Especial relevancia tiene en su film la teórica sobrina del director, Hana Saeidi, una muchacha en edad escolar que también quiere hacer su propio cortometraje y que intenta seguir las instrucciones manipuladoras de su maestra, entre ellas la regla de la autocensura. Fue ella la que recogió ayer el premio.

El jurado, presidido por el cineasta estadounidense Darren Aronofsky, entregó su Gran Premio a la chilena El club, una demoledora crítica a la Iglesia católica firmada por Pablo Larraín. Su compatriota Patricio Guzmán se llevó el Oso de Plata al mejor guión por el documental El botón de nácar, mientras que la ópera prima guatemalteca Ixcanul, de Jayro Bustamante, se alzó con el premio Alfred Bauer a una película que abre horizontes.

Los Osos de Plata a las mejores interpretaciones fueron para los protagonistas del drama británico 45 years, Charlotte Rampling y Tom Courtenay, mientras que como mejor director fueron coronados ex aequo el rumano Radu Jude por Aferim!, una road movie en blanco y negro en la que ajusta cuentas con el pasado de su país, y la polaca Malgorzata Szumowska por Body.

El Oso de Plata a la mejor aportación artística fue también ex aequo para los directores de fotografía de la alemana Victoria y la rusa Under electric clouds, en tanto que fuera del palmarés oficial el mexicano Gabriel Ripstein -hijo del aclamado cineasta Arturo Ripstein- se llevó el premio a la mejor ópera prima por 600 millas.

Taxi es la segunda película iraní en este lustro que se alza con el Oso de Oro, después de que en el año 2011 se lo llevara Asghar Farhadi por Nader y Simin. Una separación.

La Berlinale incluía en esta 65ª edición 19 películas a concurso, entre ellas las citadas representantes latinoamericanas, que tras su estreno se situaron inmediatamente a la cabeza de las preferencias de la crítica internacional que siguió este festival.

El director de la Berlinale, Dieter Kosslick, había puesto énfasis en su compromiso con el cine que incide en conflictos del mundo real. Este compromiso quedó ampliamente reflejado en el palmarés, tanto en lo que concierne al iraní Panahi como a los chilenos Larraín y Guzmán.

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