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Jonathan Demme y Danny Boyle, lo mejor de la cosecha independiente

  • Cintas como 'La boda de Rachel', una película marginal y de bajo presupuesto, acaparan las candidaturas más importantes de los Independent Spirit Awards

El estadounidense Jonathan Demme y el británico Danny Boyle se posicionan para llenar la 'cuota' que los Oscar y el público reservan al cine independiente. Demme, autor de grandes éxitos multitudinarios como El silencio de los corderos -ganadora de los cinco Óscar principales en 1991- o Philadelphia (1993), se ha replegado en el cine de bajo presupuesto y lo ha fusionado con su melomanía hasta alumbrar La boda de Rachel, que acumula seis candidaturas a los Independent Spirit Awards, los más importantes de este tipo de cine.

La película fue presentada con éxito, aunque sin premio, en la Mostra de Venecia y cuenta con destacadas interpretaciones femeninas por parte de Anne Hathaway, Rosemarie DeWitt y Debra Winger.

Es el acercamiento del realizador al 'voto de castidad' del movimiento Dogma, que defiende las películas de bajo presupuesto, y son claras las alusiones a la primera película de este movimiento -Festen de Thomas Vinterberg (1998)- en su desarrollo argumental.

En Inglaterra, en cambio, Danny Boyle, con su parábola social Slumdog millionarie, acaba de ganar tres premios British Independent Film: mejor película, mejor director y mejor actor revelación.

Con ello revalida su capacidad de alcanzar el éxito con un cine de bajo presupuesto, como Trainspotting (1996) que le dio la gloria, y aleja su amarga experiencia en Hollywood con La playa (2000). Slumdog millionaire, que ganó el premio del público en Toronto, cuenta la historia de un adolescente pobre de Bombay que, tras participar en la versión hindú del programa ¿Quiéres ser millonario? y ganarlo, es detenido por la policía, convencida de que ha hecho trampa y de que era imposible que alguien como él pudiera saber todas las respuestas.

Tanto los Independent Spirit como los British Indendent Film, celebran cada año lo más destacado de ese cine ajeno a los grandes estudios que tiene dificultades para autodefinirse y para asimilar el éxito comercial cuando éste llega, como ocurrió con Pequeña Miss Sunshine (2006) o Juno (2007).

Así, los Independent Spirit, cuyo lema es "No risk, no award (Sin riesgo no hay premio)", en esta edición tienen entre los candidatos a Woody Allen por el guión de Vicky Cristina Barcelona (Penélope Cruz y Javier Bardem también están nominados) y a Milk, de Gus Van Sant, director a veces alternativo pero no tanto en este caso que suena más a Oscar que a premio indie, pese a cuatro nominaciones.

Quizá por eso, este año se ha dado cabida a películas más fieles a la tradición del 'off-Hollywood' sin concesiones a lo comercial: Ballast, de Lance Hammer, y Frozen River, de Courtney Hunt, que también acumulan seis opciones a premio.

La primera, con su compleja y áspera historia de una familia negra de clase baja en el delta del Misisipi, cerró la competición de la Berlinale y fue recuperada recientemente en el festival de Gijón, donde Tara Riggs recogió el premio a la mejor actriz.

Frozen River, ambientada en la frontera de EEUU y Canadá, sigue al pie de la letra los patrones del cine valorado en el festival de Sundance -mucha nieve y poco dinero-, donde consiguió el Gran Premio del Jurado, y cuenta con una gran interpretación de Melissa Leo, premiada en San Sebastián con la Concha de Plata. Finalmente, la cuota americana la completa The Wrestler, la vuelta a los orígenes del director Darren Aronofsky.

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