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Juegos compartidos, alegría común

  • Alumnos del colegio Los Cármenes pasaron ayer el día con los niños ingresados en el Hospital Clínico

En estas fechas se dice que el espíritu navideño inunda los corazones de la gente, que se vuelve más amable y amigable. Pero hay un colectivo que tiene todo el año ese espíritu: los niños, que van llevando su alegría a los lugares más insospechados.

Ayer, una veintena de niños de cuarto de Primaria del colegio público Los Cármenes visitó a los niños ingresados en el hospital Clínico San Cecilio. Una visita que se realiza por segunda Navidad consecutiva y que busca tanto alegrar a los pequeños que permanecen en el hospital como que los del colegio conozcan el centro y deje de ser un lugar prohibido o tabú para ellos.

Aunque la visita está concertada entre la dirección del centro y la del hospital, los propios escolares muestran su intención de acudir a visitar a los niños ingresados. "Como estamos enfrente y vemos el hospital por nuestras ventanas, venimos a visitar a los niños para que se sientan acogidos", explicó el profesor Antonio Izquierdo.

Los niños estuvieron en la octava planta del hospital y primero visitaron la zona de lactantes, con los más pequeños, y después la zona de escolares, donde disfrutaron de distintas actividades en la sala de juegos.

Detrás de cada canción, cada baile y cada juego había un cargamento de ánimo e ilusión para los niños hospitalizados y de entendimiento y amistad para los alumnos del colegio vecino.

Una vez que terminaron las actividades, todos los niños, profesores y personal del hospital pudieron disfrutar de una comida especial de convivencia.

"Cada año hacemos una visita pero queremos que sean más y que no sólo sea por Navidad sino que se considere una actividad más entre el hospital y el colegio", informó el jefe de estudios del colegio, Isaac Martínez.

Pendiente de todo estaba la profesora del aula hospitalaria Leticia Requena. Para ella, la experiencia sirve para que los niños puedan "conocer la idea de lo que supone ir al hospital y para eso se les explica cómo funciona". Así, con juegos y viendo lo que hacen los niños allí, se cambia el concepto que puedan tener de lo que supone estar ingresado o acudir a un hospital.

La experiencia es muy positiva para las dos partes, la sanitaria y la educativa, y consigue normalizar la hospitalización.

Aunque hasta ahora las visitas de los niños se realizan de forma puntual una vez al año, siempre por Navidad, ya están trabajando para que esto cambie y haya mucha mayor interacción entre los dos centros vecinos.

En definitiva, una experiencia que consigue alegrar y hacer más llevadero un día de ingreso para los niños que estas fiestas están en el hospital Clínico, que consiguen olvidar por un momento su situación.

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