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Kevin Johansen presenta su último disco junto a su banda

  • Arropa las canciones de su nuevo trabajo, 'Bi', con obras de su amigo dibujante Liniers

Kevin Johansen soñaba a los 19 años con un éxito "sideral", pero apenas le dio para vivir una vez que pasó los 30. Convertido pese a todo en un artista de culto, o como él prefiere decir -citando a Leonard Cohen- en un "hermoso perdedor", este músico surgido entre dos tierras regresa a España con dos conciertos.

Acompañado por su banda, The Nada, y por obras que su amigo el dibujante Liniers ha realizado expresamente para arropar algunas de las canciones de esta gira, actuará el próximo viernes en la sala But de Madrid y el sábado en la Apolo de Barcelona, antes de que se cumpla el primer año de vida de Bi, su último disco.

En este último trabajo, Johansen, nacido en Estados Unidos (Fairbanks, en Alaska) en 1964, plasma sus orígenes argentino y estadounidense en un doble CD: Jogo/Subtropicalia, más folclórico y del sur; y Fogo/Pop heart, más pop-rock, anglosajón y "hasta pachanguero". Se trata, explica, "de celebrar las diferencias en lugar de tenerles miedo, sin ponerle a nadie la bandera en la cara" y de asumir que "somos mucho más parecidos de lo que suponemos", como algunas de estas nuevas canciones, híbridos capaces de saltar de un disco a otro.

"Reconozco una especie de sano nacionalismo, de gusto por lo que te tocó. El nacionalismo positivo es disfrutar de tu pueblo, de tu gente, de tu cultura en general; lo otro sería nazionalismo", añade este hijo de madre argentina y padre norteamericano. Johansen subraya los aspectos positivos que cada una de esas culturas le ha proporcionado.

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