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Lluvia de estrellas a plena luz solar

  • El momento de mayor actividad de las Perseidas no podrá ser observado, ya que tendrá lugar entre las 13.30 horas y las 16.00 horas, cuando alrededor de cien estrellas por hora atravesarán la atmósfera

El conocido fenómeno de lluvia de estrellas del verano, denominado las Perseidas, que este año, por ser bisiesto se ha adelantado un día -la pasada noche del lunes- no será muy visible en esta ocasión, ya que el momento de máximo apogeo, con cien estrellas por hora, será al mediodía de hoy. El Parque de las Ciencias de Granada organiza una serie de actividades que permitirán a los asistentes observar la tradicional lluvia de estellas, también llamada 'lágrimas de San Lorenzo'.

Los aficionados a este fenómeno celestial del verano, cuyo máximo de visibilidad en esta ocasión será poco intenso, pudieron disfrutarlo entre la noche del 11 al 12 de agosto desde gran parte del territorio español, ya que las previsiones meteorológicas son favorables, salvo en la cornisa norte, así como en zonas de Castilla y León y de Canarias, en donde se esperan cielos nubosos.

El asistente técnico del Planetario de Madrid, Juan Antonio Bernedo, dice que entre las cinco y las seis de la madrugada de ayer se podieron observar hasta 50 meteoros por hora, con lo que fue el momento de mayor visibilidad de las Perseidas, justo antes de la luz crepuscular del nuevo día.

Sin embargo, el momento de mayor actividad, con un volumen de hasta cien estrellas por hora, que no serán apreciables por la luz solar, se dará hoy martes al mediodía, entre las 13.30 horas y las 16.00 horas (tiempo peninsular), según el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC).

Esta lluvia de estrellas, formada de pequeñas partículas de diversos tamaños, algunas menores que un grano de arena, que el cometa Swift-Tuttle ha dejado a lo largo de su órbita en torno al Sol, que tarda 130 años en recorrer, viene siendo posible contemplarla ya desde todos aquellos lugares libres de nubes, en las noches de los últimos diez días, y es previsible que continúen brillando otros tantos más.

El fenómeno se produce cuando la Tierra, como sucede cada año, entra en esta corriente de partículas o "tubo meteórico" que tarda una veintena de días en atravesar; algunas partículas entran en la atmósfera a gran velocidad y se desintegran, dejando un trazo luminoso, que forma la lluvia de estrellas, pero otras, pueden llegar a caer de forma sólida.

Las Perseidas, que toman su nombre de la constelación de Perseo, que es el lugar de donde parece provenir el tubo meteórico del cometa que, desde la Tierra, aparece como infinito, tienen una intensidad que varía dependiendo del año; así, la última vez que el cometa Swift-Tuttle apareció, en 1992, se observaron más de 300 meteoros por hora, una cantidad que triplicaba al centenar habitual.

Hace siete u ocho años la estela de partículas comenzó a disminuir, según Bernedo, asistente técnico del Planetario de Madrid, quien ha explicado que, en algunas zonas, el cometa ha dejado mayor cantidad de materia, a causa de erupciones, entre otros motivos.

Este verano, una vez más, ha añadido Bernedo, los aficionados se sumarán a los profesionales astrónomos de todo el mundo para disfrutar de este tradicional fenómeno celestial; los expertos enviarán los datos que se registren a la Organización Internacional de Meteoros (IMO) para futuras previsiones.

Entre otras recomendaciones para la noche de las Perseidas, Bernedo aconseja a los aficionados acudir a lugares alejados de la ciudad, sin luz, para que los ojos se acostumbren a la oscuridad, que es desde donde mejor se puede apreciar el fenómeno. Los lugares del mundo más óptimos para contemplar el fenómeno se sitúan en torno al norte del Océano Pacífico, el extremo oeste de Norteamérica y este de Japón y China; en gran parte del hemisferio sur no podrá ser observado.

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