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Loles del Cerro reúne lo mejor de Granada

El primer día de marzo de este año despedimos con gran dolor el cuerpo de Dolores Rodríguez Cortés, más conocida como Loles del Cerro, la última de las bailaoras míticas de la época de esplendor del Sacromonte. A sus 77 años confesados, todavía actuaba a diario en la cueva de La Rocío. Bailaba como ninguna los tangos del Cerro. Bailaba y cantaba, y, según quienes la conocían, se inventaba las letras. Tenía todo un arsenal de letrillas de tangos que, en gran parte, se han perdido con ella. Nos queda su recuerdo, su familia, 'La Porrona', que también canta y baila a un tiempo, una de las mayores conocedoras de los tangos del Monte. Y nos queda su nieta, la bailaora Vero 'La India', puro arrebato de raza "sacromontana", fiel reflejo de su abuela. Desde el día de su desaparición, comenzó a flotar en el ambiente la necesidad de brindarle un sentido homenaje que reuniera a todos sus amigos, admiradores y aficionados. Pues son muchos, por no decir todos, los que se sienten endeudados con esta gitana llena de gracia y de sal.

El día señalado fue el pasado viernes en el Palacio de Congresos. Los sentimientos se mascaban en el ambiente. La sala no se llenó por problemas de promoción seguramente, pues el cartel, además de ser un lujo, dudo que se vuelva a repetir. Que se diera cita en el mismo escenario lo más granado de la ciudad, que es, le duela a quien le duela, de lo mejor de España, es un regalo exclusivo. Todos pusieron lo mejor de sí en un gran homenaje que se extendió casi hasta las dos de la madrugada.

Mucha verdad y mucho arte en las tablas. Abren la noche algunos representantes de la Zambra de 'La Rocío'. Rafi Heredia canta tangos y alegrías que bailan -con sabor a cueva- Estela Rubio y Alba Heredia, respectivamente. Desde Barcelona llega Montse Cortés para dejarnos tientos, bulerías, tangos de Camarón y soleares, que baila con estilo y precisión Alfonso Losa. La emoción llegó con 'La India' bailando soleá por bulerías y acompañada por parte de la familia de Dolores: José Fernández, al cante, reforzado por Juan Ángel Tirado; Emilio Maya y Juan Habichuela nieto a la guitarra, y Juan Fernández a la percusión. La frescura desbocada de esta chica es uno de los valores más auténticos. Manolete no llegó a bailar, pero dejó su sentir con unas palabras y presentando a Tomatito y a Morenito de Íllora. El almeriense comenzó por tarantas, para continuar por bulerías y acabar por los tangos y bulerías que cantó el de Íllora.

Un momento esperado lo protagonizaron Iván Vargas y Juan Andrés Maya, también de 'La Rocío'. Iván comienza por tangos, que se extienden por seguiriyas y abandolaos. Juan Andrés baila unas alegrías, quizá demasiado largas, donde da rienda suelta a todo su poderío. Después de un pequeño descanso, Estrella Morente, acompañada a la guitarra por Miguel Ángel Cortés, demostró una vez más la plenitud de sus facultades. Estrella, que llevó a Loles del Cerro en su espectáculo Pastora 1922, hizo tangos y bulerías, que también bailó, y se acordó de su padre, el cual le sustituyó en el escenario; sin duda el plato fuerte de la noche. Morente, con Paquete a la guitarra y Bandolero a la caja, nos ofrece bulerías y seguiriyas de fiesta, en las que introduce alguna letra dedicada a la del Cerro. Juan Habichuela nieto sube al escenario después y mantiene alto el pabellón, interpretando un zapateado y unas cantiñas. La japonesa Maya le da un excelente contrapunto con su violín. Para cerrar la noche, "la guinda", como dijo Curro Albayzín, presentador del concierto junto con Juan Pinilla, fue Marina Heredia. Mostró su buena forma y sus deliciosas maneras. Con dos guitarristas de bandera, Luis Mariano y Miguel Ángel Cortés, Marina nos sorprende con la bulería Nuevo día, de Lole y Manuel y continúa con tangos de la penca, que terminan por Morente. Y, con un poema de Ataulfo que ensalza la figura de la artista, se despide un homenaje de leyenda.

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