Hubo un tiempo en que la relación de Rafael Amargo (Valderrubio, 1975) con la ciudad era un lazo con rupturas, un sitio en el que había actuado en contadas ocasiones, a pesar de haber nacido y pasado parte de su vida en Granada. Tenía una deuda con la ciudad que le vio crecer y la vuelta del bailaor está acompañada de dos sujetos emblemáticos: la Alhambra y Federico García Lorca. El monumento más visitado de España será el entorno. El de Valderrubio se estrena hoy sobre las tablas del Teatro del Generalife y hasta el 29 de agosto, en funciones de martes a sábado. Por otro lado, el poemario Poeta en Nueva York que escribió Lorca en el 1929 es quien inspira el espectáculo de Rafael Amargo.

Una puesta en escena y un paso sobre tablas que no es nuevo. La intepretación que hace el coreógrafo granadino acerca de la obra de Lorca lleva trece años en su repertorio, se estrenó en el teatro Lope de Vega de Madrid y desde entonces la apreciación del espectáculo se ha debatido entre definirlo como el mejor espectáculo de danza de la década y la cosecha de premios, como el Max de las Artes Escénicas en 2002, concedido al bailaor y coreógrafo Rafael Amargo.

El equilibrio entre el equipo original que comenzó con la obra y la inclusión de hasta nueve granadinos en el elenco, así como el aporte audiovisual (la primera vez que se incluye el cine en la danza flamenca) con los poemas de Lorca recitadas por Joan Crosas, Marisa Paredes y Cayetana Guillén Cuervo, hacen más espléndido un espectáculo en el que Rafael Amargo se vale de la amplitud de espacios de los Jardines del Generalife para bailar más que en los montajes primigenios a principios del 2000.

Entre los protagonistas granadinos se encuentran Sandra Hita, habitual en los espectáculos locales; Adrián Sánchez, que debutó en el Ballet Danzas de España hace 30 años; Fran Vilchez, licenciado por el Conservatorio Profesional de Danza de Madrid, o la cantaora María la Coneja, fiel colaboradora en las actuaciones de la compañía de Amargo.

El recorrido de la obra que combina el recital con la danza flamenca y un acompañamiento musical silueteado con composiciones jazzísticas y música latina -en el que la compositora venezolana Edith Salazar al piano en tres piezas- atrae a la nueva edición del Ciclo Lorca y Granada e invita a reafirmarse como el espectáculo más visitado conforme suceden las ediciones con cifras que superaron el medio millón de espectadores el año pasado.

El intimismo y la emoción gana terreno en la interpretación de Rafael Amargo, que dice comenzar una nueva etapa, un segundo tiempo en su vida, y además confiesa volver a un sitio "donde tenía que haber empezado". Una vuelta a Granada que cose los retazos del bailaor y coreógrafo con Granada a través de un espectáculo inspirado en la obra de Federico García Lorca, una propuesta que resultó elegida entre 14 proyectos presentados a concurso público.

De momento, las cifras de venta anticipada mejoran las de años anteriores, en torno a un 30% más de entradas vendidas respecto a años anteriores, según Mariano Sánchez, coordinador del programa Lorca y Granada. Este espectáculo flamenco que lleva ya trece años cosechando las críticas más generosas recala en la ciudad de la que han sido exponentes tanto su inspirador, el poeta de Fuente Vaqueros, como el inspirado, Rafael Amargo. Las tendencias se concilian con la madurez de un espectáculo que baila flamenco, suena con una añadidura de jazz y en el que también se ven proyectados el recitar de poemas de Lorca.

Una obra de Lorca escrita en Nueva York que retorna a Granada; un bailaor y coreógrafo que vuelve y se reconcilia con la ciudad y un verano en el que el programa dedicado al poeta vuelve a ser referencia cultural a nivel nacional con los nombres más reconocidos de la danza contemporánea. Lejos de la apatía, el programa lorquiano vuelve con un atractivo en el que ya cumplieron Gades o Eva Yerbabuena.