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Madre no hay más que una... por suerte

  • Una joven publicista granadina, Patricia Muro, es la creadora del último anuncio de la Once donde una protectora madre aparece en el jet privado de su hijo con dos bocatas de chorizo de cantimpalo

Madre no hay más que una, por fortuna. Éste es el espíritu de la campaña publicitaria de la Once para el Día de la Madre que inunda estos días televisiones y radios. Y uno de estos anuncios, en el que una pareja se dispone a coger su jet privado y llega la progenitora enarbolando dos bocatas de chorizo, parte de una creativa granadina que ha empezado con el pie derecho en el mundo de la publicidad. Es Patricia Muro, una joven que tras cuatro meses "desesperantes" con su curriculum bajo el brazo consiguió entrar en Delvico, una de las agencias de publicidad más conocidas del país.

Y pese a la 'puya' a las madres, la de Patricia Muro se muestra encantada con su hija aunque ya no le prepara ningún bocadillo para sus viajes a Madrid. Eso sí, en autobús.

"Mis jefes, que son los responsables de la campaña, habían presentado dos ideas para anuncios de televisión y nos propusieron a mi pareja creativa y a mí que hiciéramos cuñas de radio", recuerda la periodista y licenciada en Publicidad. "Una de estas cuñas cuenta la historia del anuncio que está ahora en televisión. Los responsables de marketing de la Once pidieron, al oírla, que uno de los spots estuviera basado en esa cuña". Y esa es la historia de la "magnifica casualidad" que ha hecho que en sólo tres meses, una joven granadina ya tenga una película en emisión. Eso sí, continúa poniendo copas en Madrid.

A partir de este momento, Muro tuvo la "gran suerte" de vivir de primera mano todo el proceso de un anuncio que pasa por ser el más simpático de la parrilla. "El primer momento en que tuve conciencia de que formaba parte de esto fue cuando mi jefe me llamó para que asistiera a una reunión con la productora y el realizador para concretar detalles del rodaje, y más concretamente, cuando la productora nos enseñó los actores que proponían para la película y mi jefe me preguntó qué me parecían", recuerda la granadina.

Luego llegó el día de rodaje. Catorce horas agotadoras "pero apasionantes". Un millón de tomas desde todos los ángulos imaginables, para quedar reducido a 30 segundos y un catering "riquísimo, como los de las pelis". La parte más complicada fue la postproducción: montaje de las imágenes, elección de la música, grabación del sonido, colocación de las cartelas... "Todo ello medido al milímetro para llegar a un equilibrio entre nuestros intereses, más artísticos, y los de la Once, más comerciales". Además, como sorpresa de última hora, la joven training tuvo que hacer frente a la censura de la DGT, que consideró que las imágenes del coche inducían a la conducción temeraria y echó para atrás la campaña. Finalmente la "versión light" pasó el autocontrol.

"Ha sido llegar y besar el santo, no es muy normal tener una película durante los primeros meses de prácticas", dice Patricia Muro, para quien es un hecho aislado y totalmente circunstancial. "No deja de ser una mera anécdota, muy emocionante, sí, pero anécdota". "Si lo de trabajar fines de semana, no tener horarios de salida y hacer anuncios de papel higiénico no tuviera nada gratificante no habría nadie que quisiera dedicarse a esta profesión de locos".

De momento, su madre de anuncio continúa 'abochornando' a su sufrido hijo. "Diez millones de euros pueden cambiar tu vida, pero no a tu madre". Y la gran mayoría de hijos del país asienten con una mezcla de ironía y de total identificación con el mensaje.

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