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Madurita interesante

  • Casi 30 años tras su disolución, vuelve la Mamá original

No alcanzaron los éxitos inmediatos de Los Secretos, ni el prestigio de Nacha Pop, pero entre la generación que se amamantó de rock y pop en los primeros ochenta con los grupos de la Nueva Ola, Mamá fueron de los favoritos de la chavalada. Una de las formaciones responsables de aquello que sus detractores llamaron pop baboso, y que prácticamente fue barrido del mapa cuando llegó la Movida, con sus imperdibles y sus colores llamativos. Fuimos muy pocos los imberbes que lamentamos su separación en 1983 tras un inolvidable ep de debut (con Chicas de colegio y Nada más) y dos álbumes publicados. Sus miembros tiraron la toalla con la sensación de que nunca lograron plasmar su talento en sus grabaciones, de que sus discos no consiguieron registrar su verdadero potencial. Pero aunque rendidos sus artífices, algunas de sus canciones quedaron grabadas en la memoria sentimental de los seguidores del pop en castellano. Entonces el género casi nunca merecía la atención de la prensa y menos aún un grupo menor al que sólo seguían los chiquillos de instituto de aire melancólico y enamoradizo que apenas empezaban a buscar su lugar en el mundo. De modo que la desaparición de Mamá apenas fue una pequeña nota a pie de página en algún fanzine de la época, pero sus canciones, esas sensacionales fotografías de angustia adolescente, con sus ingenuas y chirriantes patadas a los acentos incluidas, dejaron una huella indeleble en una generación de chicos que hoy dan clases a los desmotivados e impertinentes alumnos de las escuelas de secundaria del siglo XXI. Aunque de ese hecho ni siquiera sus protagonistas fueron conscientes durante años.

A finales de los 90 se intentó un disco en directo y a principios de esta década trataron de recopilar las viejas maquetas en un CD. Entonces José María Granados, su cantante y principal compositor, inició una carrera en solitario más de 20 años después del inicio del grupo. Así fue como descubrió el peso que aún tenía el repertorio de Mamá. Hace cinco años fallecía Manolo Mané, guitarrista y autor del grupo. Ese golpe parece haber sido el primer empujón para la vuelta de la banda. Granados comenzó a trabajar con Carlos Rodríguez, bajista original, y poco a poco fueron sumándose el resto: la batería de Guti e incluso la colaboración esporádica de Nono, el otro guitarrista, y Luis Caballero, teclista de la primera formación. Además, han rescatado dos composiciones antiguas de Mané e incluso han incluido uno de sus solos de las viejas maquetas, de manera que 27 años después de su disolución, estamos ante el primer trabajo de los originales Mamá. Excelentes canciones que transmiten el ímpetu, la frescura y la inmediatez que a algunos nos hicieron enamorarnos de Mamá, hoy convertida ya en una madurita interesante.

Mamá Rock Indiana

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