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Manolete y El Güito concentran su sabiduría en 'Puro jondo'

  • Los bailaores presentan un "mano a mano coral" junto a sus respectivas compañías

Uno procede de Madrid, el otro del Sacromonte granadino. El primero ha creado escuela con la soleá; el segundo es celebrado por sus farrucas y sus alegrías. Los dos, Eduardo Serrano, El Güito, y Manuel Maya, Manolete, coinciden esta noche en el escenario del Maestranza para defender ante el público Puro jondo, un espectáculo ajeno a premisas argumentales que apuesta por la calidad de las coreografías y en el que los dos intérpretes demostrarán, con la elegancia de sus movimientos, su magisterio en el mundo del baile. Puro jondo es la primera cita que el Maestranza tiene esta temporada con el flamenco, a la que seguirán un Homenaje a Caracol y Mairena, previsto para diciembre, y la  actuación del guitarrista Vicente Amigo, el próximo febrero.

En el montaje, coreografiado y dirigido por los dos artistas, participan también los bailaores Judea Maya, Cecilia La Popi, Begoña Castro, Jesús Carmona y El Tachu, que estarán arropados por las voces de Juan José Amador, José Jiménez y Jony Cortés y las guitarras de Basilio García, Juan Serrano y Juan Jiménez. Siguiriyas, farrucas, tarantos, alegrías, soleás, rondeñas, bulerías y un fin de fiesta con toda la compañía componen el repertorio de esta función, que alcanzará sus momentos más emotivos en la interpretación al alimón de una farruca y unas bulerías por parte de Manolete y El Güito, y en la ejecución en solitario de unas alegrías por parte del primero y una soleá por parte del segundo.

Manuel Maya, Manolete, no ha traicionado sus orígenes -proviene de una de las dinastías más importantes del flamenco- y ha desarrollado una sólida carrera que comenzó junto a La Chunga y Manuela Vargas y que culminó en 2002, con el reconocimiento del Premio Nacional de Danza. En la retina del espectador están grabadas algunas escenas memorables que este bailaor ha dejado para la Historia, como sus colaboraciones con el Ballet Nacional, su espectáculo Flamenco soy o la coreografía Latido Flamenco, que compuso para la Compañía Andaluza de Danza, que dirigía José Antonio. Puro jondo, una vieja creación junto a El Güito, reaparece ahora en el Teatro de la Maestranza para poner de relieve la envergadura de estos dos maestros del baile, figuras de referencia para las nuevas generaciones del flamenco.

Eduardo Serrano, El Güito, se formó con Antonio Marín hasta que, a los 14 años, pasa a integrar el Ballet de Pilar López, en el que entonces había bailaores de la talla de Farruco, Antonio Gades, Mario Maya o Curro Vélez. Gracias a la observación de estos maestros, El Güito perfecciona su estilo con notable destreza: a los 16 años recibe el premio Sarah Bernhardt, que le otorga el Teatro de las Naciones de París. "¡Es como la tierra misma! Una fuerza, una raíz tan fuerte que ya sube hasta el cielo", decía de él Pilar López. Un empuje que el bailaor ha mantenido a lo largo de su extensa trayectoria. Tiene premios como la Cátedra de Flamencología de Jerez o el galardón Calle de Alcalá de Madrid.

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