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Margaret Atwood: "Trabajar sobre el proceso de la vejez es muy doloroso"

  • La canadiense rompe su silencio con 'La puerta', un intenso poemario que presentó ayer

La escritora canadiense Margaret Atwood, después de más de una década sin publicar poesía, vuelve con La puerta, un intenso poemario que presentó ayer en Madrid, por videoconferencia desde su país, y en el que recorre su trayectoria emocional, desde la infancia hasta su experiencia con la vejez.

"Trabajar sobre el proceso de la vejez es muy doloroso", explicó esta poeta, novelista y ensayista, Premio Príncipe de Asturias, la voz más reconocida de su país y una de las eternas candidatas al Nobel, desde Canadá "con mucho frío y mucho hielo", comentó.

Y es que Atwood (Ottawa, Canadá, 1939), de mirada fina, cristalina y penetrante como muchas de sus obras, ha comentado en ocasiones que para ella escribir novelas es como construir casas, mientras que escribir poesía es sentirse como el pájaro que canta.

Pero en este libro, que publica Bruguera en España, la autora canadiense pone el retrovisor y el bisturí para hablar de los recuerdos y reflexionar acerca del tejer poético, la política, la naturaleza, el misticismo y la vejez.

Así, el libro se divide en cinco partes muy diferenciadas, todas ellas unidas por un sentido musical que para la autora, según dijo ayer, es "muy importante". "La poesía está muy cercana a la música, y el ritmo transforma cada sílaba", añadió, para asegurar después que la experiencia y la memoria le dan otra visión "mucho más amplia" que la que tenía cuando era joven, "a pesar de perder otras cosas". La autora de El cuento de la criada, La mujer comestible o El asesino ciego, define así la poesía: "Un cable de alto voltaje/ Es como si metieras un tenedor/ en un enchufe".

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