Si existe una forma métrica propia de este comienzo del siglo XXI sería una forma breve, que refleje un pensamiento fragmentario, o lo que es lo mismo: el aforismo -y también su pariente, el haiku-. Eso explicaría su actual abundancia en opinión de Manuel Neila, antólogo de Bajo el signo de Atenea, que ayer se presentó en la Casa de los Tiros, una recopilación de estas joyas de pequeño formato escritas por mujeres.

El acto contó con la presencia del antólogo y también de Erika Martínez y Carmen Canet, dos autoras afincadas en Granada y cuyos aforismos están recogidos en este libro, de la editorial Renacimiento. Los tres estuvieron presentados por la dramaturga y profesora de la UGR Gracia Morales.

Ellas son dos de las diez aforistas recopiladas en esta muestra antológica. Todas ellas comparten tres nexos fundamentales: la calidad, son mujeres y nacieron en la segunda mitad del siglo XX, así que pertenecen por edad a las tres generaciones más recientes. "He dejado fuera a Dionisia García, la única que empezó a escribir aforismos antes, pero todas en algún sentido beben de ella", puntualiza Neila.

Carmen Canet (Almería, 1955) e Isabel Bono (Málaga, 1964) pertenecen a la generación de la democracia. El grueso de las aforistas seleccionadas, desde Ana Pérez Cañamares (Santa Cruz de Tenerife, 1968) hasta Erika Martínez (Jaén, 1979), pasando por Gemma Pellicer (Barcelona 1972) y Carmen Camacho (Alcaudete, Jaén, 1976), se inscriben en la generación de entre siglos. Mientras que las cuatro restantes, Victoria León (Sevilla, 1981), Eliana Dukelsky (Buenos Aires, 1982), Azahara Alonso (Oviedo, 1988) y Raquel Vázquez (Lugo, 1990), forman parte de la generación más reciente. En total, cinco de ellas son andaluzas, un rasgo que "ha sido una casualidad" según Neila.

Él es un gran conocedor del género porque, además de cultivarlo, dirige la colección que Renacimiento le dedica. "Quería agregar la voz de la mujer al género, que es una voz propia", afirma Neila, para quien la principal peculiaridad es un cierto 'realismo', y un aspecto más coloquial.

A pesar de que la realidad puede ser un punto de partida o de llegada, para el antólogo pocos más rasgos estilístico o temáticos diferencia la voz femenina, que cultiva el aforismo en sus tres versiones: "la filosófica, la estética y la ética o moral". Tan sólo parecía un mayor "refreno" en el humor: "Lo irónico y lo sarcástico están presentes, pero un poco más rebajados". Sí hay una diferencia clara entre el aforismo clásico y el moderno, pues en la actualidad "se encuentra también la máxima o la sentencia, pero literaturizada".