No es muy habitual que a una cantautora española se le atribuyan influencias como las que asocian fuera de España a Merche Corisco. Bjork, Sheryl Crow o Alanis Morrissette son nombres que se suelen mencionar cuando hablan de ella en Escandinavia, por ejemplo. Pero es que el caso de esta madrileña de 35 años tampoco es habitual. En activo desde mediados los noventa, aún menor, debutaba en 1996 con un álbum homónimo y ya por entonces no ocultaba su devoción por artistas alejadas del estereotipo de las cantautoras, como Janis Joplin o Aretha Franklin, a las que suele acudir para completar su repertorio en directo. Siempre aferrada a su guitarra, su gusto por los estilos más diversos, el rock y el pop y también el soul, el funk el blues o el jazz, la acercaban más a contemporáneas norteamericanas que a otras cantautoras de su generación. Dando siempre más importancia a la autenticidad que a la comercialidad y no sucumbiendo a los dictados de las radio-fórmulas, Corisco define su propuesta con la etiqueta de 'optimusic' y celebra esta noche sus veinte años de carrera con un concierto acústico en La Tertulia.