Música hoy

Michael Mossman abre el Festival de Jazz con un homenaje musical al cine

  • El trompetista estadounidente ofrece un concierto exclusivo para Granada con arreglos propios

El Festival Internacional de Jazz de Granada arranca esta noche en el Teatro Isabel la Católica su 29ª edición con una curiosa propuesta, la del Granada Film Project de Michael Philip Mossman y el grupo que ha formado junto a Antonio Hart, Gene Jackson, George Culligan y Lonnie Plaxico: interpretar versiones de grandes temas de jazz en el cine al tiempo que se proyectan imágenes de las respectivas películas. Será a las 21.00 horas.

Podrán escucharse versiones de películas como Round midnight, de Bertrand Tavernier, Anatomía de un asesinato, de Otto Preminger, Ascenseur pour l'échafaud, de Louis Malle, The hot spot, de Dennis Hopper, Bird, de Clint Eastwood o El invierno en Lisboa, de José Antonio Zorrilla. Se trata de una producción que se hace exclusivamente en el festival de Granada y que será grabada de cara a la edición de un disco que se presentará en la ciudad el próximo año.

"He hecho los arreglos de los temas con mucha variedad: unos estarán muy abiertos y otros serán muy locos", comentaba ayer el autor del proyecto, Michael Philip Mossman, recién llegado de Nueva York y todavía con la sonrisa en el rostro por el triunfo presidencial de Barack Obama. "De hecho, el último ensayo lo hicimos mientras se estaban recontando los votos. Ensayábamos y mirábamos el móvil para ver las noticias".

Mossman, que está casado con una valenciana y habla un perfecto español, es uno de los grandes pesos pesados en la composición y arreglos de jazz en Estados Unidos. Nacido en Philadelphia en 1959, es sociólogo, antropólogo, compositor, trombonista y trompetista. Ha tocado junto a músicos de la talla de Dizzy Gillespie, Art Blakey, Joe Henderson, Horace Silver, Paquito D'Rivera, Tito Puente o Slide Hampton. Ahora trabaja en los arreglos de la banda sonora de la película Chico y Rita, de Fernando Trueba, compuesta por el pianista Bebo Valdés, labor que compagina con su tarea de director de estudios de jazz en la Aaron Copland School of Music en el Queens College de Nueva York.

"Ha sido muy interesante hacer los arreglos de The Granada Film Project al tiempo que trabajaba en la película", señalaba Mossman. "He creado un grupo especial para esta idea. Con algunos de los músicos que están ahora toqué por última vez en 1986, cuando estaba en la banda de Art Blakey".

Mossman está muy implicado ahora mismo en la enseñanza de música. "El jazz es una música que se puede aprender perfectamente", dijo. "Lo que sucede es que, con las generaciones anteriores, hemos tenido que aprender de los maestros en los autobuses durante una gira y en los conciertos. Recuerdo que Dizzy Gillespie siempre nos estaba enseñando. En esos tiempos nos tirábamos mucho tiempo viajando en autobús, mucho tiempo juntos. Eran semanas y semanas, y aprendías mucho. Ahora ya sí hay escuelas y ahora sí hay profesores".

"Los estudiantes vienen de todas partes", añadió, "de España, de Japón, de Corea. Muchos no saben lo que necesitan. Otros tienen mucho talento. Los que son serios y trabajan sí pueden aprender mucho. Para mí es muy interesante compartir experiencias".

Mossman está muy interesado en la música latina desde hace mucho tiempo. "Si tocas la trompeta", señaló, "tienes que aprender a tocar música latina". Se interesó por ella tras un concierto. "Machito vino a mi escuela a dar unconcierto y aquello me impactó en el corazón. Nada más terminar su actuación, me fui al escenario y le dije que quería tocar en su grupo. Al poco tiempo me llamaron".

"La música latina es una cosa muy de familia", comentó. "No es de grandes multitudes. Es de pequeños grupos de personas. Yo aprendí mucho con ellos". También está muy interesado en el flamenco. "Estoy estudiando flamenco ahora. Mi esposa fue directora de la compañía de Vargas y está muy metida en el flamenco. Es la primera vez que estoy con una mujer que sabe más de ritmos que yo", bromeó, al tiempo que comentaba que suele pasar todos los veranos en Oliva, un pueblo cerca de Gandía, estudiando castellano y valenciano.

Respecto a cuál de sus maestros le había influido más, Michael Philip Mossman, fue exacto: "Todos", dijo. "En el jazz no hay compartimentos divididos. Todos los músicos se interrelacionan unos con otros, y de todos aprendes. Para mí todos son grandes maestros. Recuerdo una vez que hice unos arreglos para Slide Hampton. Pensé que eran lo mejor que había hecho nunca y se los enseñé. Él me dijo: 'Son muy buenos. Ahora vamos a ponernos a mejorarlos'. Así es como se aprende".

La inauguración del Festival Internacional de Jazz de Granada puede tener hoy una de sus grandes noches con un proyecto que es exclusivamente para la ciudad de la mano de unos de los grandes músicos del mundo.

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