El Infierno llegó anoche al Coliseo de Atarfe con el ritmo del estilo inclasificable del bombo de Muchachito y su 'big band'. Un rock and roll rumbero y con chispas de swing hizo mover las caderas al numeroso público que llenaba la arena de la plaza atarfeña.

La provocación burlona de las letras de los temas de este nuevo disco, Visto lo visto, fue coreada por los asistentes, que se vieron inmersos en un concierto con tintes arrabaleros y de bar de barrio. Su música se alejó de lo académicamente correcto para ganarse a un público al que arrancó innumerables sonrisas y no dejó de moverlo al ritmo de la guitarra rumbera, el bajo, el trombón, los saxos y las trompetas, el piano, el bombo y, por supuesto, el cuadro 'bien afinado' que los pinceles de Santos Veracruz convirtieron en una imagen surgida de, por y para la música. El público se quedó con ganas de más Muchachito. Habrá que esperar a su próxima parada: Zaidín Rock.