La mula, basada en la novela homónima de Juan Eslava Galán, es una película que, según el escritor, muestra "una historia sensible de personas sencillas implicadas en nuestra Guerra Civil, como fue la inmensa mayoría de las personas", y con los ingredientes del amor y del humor. A principios de 1939, un cabo del bando nacional (Mario Casas) se encuentra una mula blanca en medio de la contienda y, con el animal y las cuatrocientas pesetas que lleva en el bolsillo, intentará conquistar a la chica más guapa que ha visto (María Valverde).

Después de estar bloqueada por un periplo judicial de tres años a causa de las desavenencias entre los productores y el director, Michael Radford, que abandonó el rodaje cuatro días antes de que finalizara, ayer presentó como obra anónima en la sección oficial del decimosexto Festival de Cine Español de Málaga y el próximo 10 de mayo se estrenará en las salas.

La productora, Alejandra Frade, señaló en rueda de prensa que Radford pidió que la película apareciera como anónima y ha lamentado que estuviera "bloqueada dos años en el Ministerio de Cultura con una demanda de lesividad, que quiere decir que se consideraba dañina". "El porqué nunca lo sabremos, porque la censura está prohibida en nuestro país, pero lo importante es la sentencia del juez, que consideró absurdo lo que decía el Ministerio", añadió Frade, quien insistió en que desconoce "por qué el señor (Ignasi) Guardans (exdirector general del ICAA) o el ICAA pusieron trabas a la película", porque ella sólo ha "sufrido las consecuencias de la decisión" y ahora está "muy feliz" de estar en este Festival. Eslava Galán, que también fue coautor del guión, se mostró "emocionado" por el resultado de la película, que es la "biografía de la guerra" de su padre, acemilero como el protagonista interpretado por Mario Casas.

Durante todo el proceso que ha vivido La mula, al novelista le sorprendió "que se dijera que la película tiene un tinte fascista, porque es un canto a la libertad". "Por la ley del péndulo que sufrimos, en la época de Franco se hicieron muchas películas tendenciosas en las que los malos eran los rojos y los otros, los buenos. Después se hizo lo contrario y ya ha llegado el momento de hacer películas humanas en las que se vea que todos eran españoles y ninguno llevaba la razón, o todos la llevaban", subrayó Eslava Galán. A Mario Casas le "fascinó" la novela y estuvo durante una semana en un cortijo de Andújar (Jaén) para trabajar el marcado acento que muestra en la película, según el actor, que ha apuntado que, cuando Radford abandonó el rodaje, él y otro de los protagonistas, Secun de la Rosa, se hicieron "cargo de la película".

De la Rosa resaltó que ésta "es una película de Michael Radford, aunque él no la firme, porque fueron muchos meses ensayando con él y rodando casi todos los días". "Ha sido muy duro para los actores tener que elegir entre el padre y la madre, me ha recordado a las dos Españas. Es un director excelente, le quiero un montón y le tengo como amigo", insistió De la Rosa, que recordó cómo los actores lucharon para que Radford volviese.