Crítica de Música

Música entre amigos

En el universo de los festivales de música clásica pierden terreno los grandes eventos en favor de un modelo más íntimo en el que el contacto entre público e intérpretes se haga más cercano. Una magnífica muestra es el Festival Música Sur que el pianista Juan Carlos Garvayo organiza por quinto año consecutivo en Motril y que dio comienzo el sábado y se extiende hasta el próximo día 29. El certamen, en el que la imaginación y el entusiasmo suplen la falta de presupuesto, se fundamenta sobre la presencia en la ciudad de una serie de grupos de cámara y de solistas que se combinan de diversas maneras a lo largo de los días. En esta edición son el Cuarteto Cronos, el Trío Arbós y el Sintagma Project quienes, junto a otros solistas instrumentales y cantantes, ofrecen programas muy bien montados en los que los músicos van rotando de agrupación, lo que supone para ellos, según confiesan, un reto para reinventarse en cada obra y para aprender de otros.

Se abrió el festival en la noche del sábado con el Cuarteto Cronos, joven pero de una sorprendente madurez interpretativa. Con el cuarteto Vistas al mar de Toldrá mostraron poseer una notable empaste y una sólida homogeneidad en materia de sonido, de articulación y de fraseo. Su sonido denso y corpóreo (magnífica viola, algo esencial en esta formación) fue aún más relevante en la mañana del domingo con una versión apabullante del primer cuarteto de Schumann cuajada de pasión y de arrebato afectivo en los ataques. Algunos de sus integrantes se combinaron con la flauta de Muela y el arpa de Montes en el feliz descubrimiento del cuarteto de Jean Cras, que en manos de estos músicos sonó con todo el brillo, el color y la ligereza que demanda la obra. El Trío Arbós (con Garvayo al piano y la viola de Cortese) firmó una sólida y muy transparente versión del primer cuarteto de Dvorák, en el que sobresalió la precisión en la manera de trenzarse las líneas del piano y del violín a contratiempo. Las inusuales canciones británicas de Beethoven, con el delicado y etéreo acompañamiento del Arbós, sonaron con todo su encanto en las delicadas voces de Schwedhelm y Benito-Arranz. Por último, también en la mañana dominical, el cuarteto de saxofones Sigma Project ofreció el fascinante cuarteto de Friedrich Hass, una obra hipnótica que juega con el concepto del sonido puro, sin contenido semántico, que hace fluctuar una misma nota a lo largo de un amplio plantel de dinámicas y de colores y que el grupo supo desgranar con una precisión milimétrica.

Ya saben, aún tienen esta semana para acercarse a la Costa y disfrutar de una experiencia única.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios