Ciencia hoy

NASA 50 años de sueños

Nunca hay mal que por bien no venga. La Segunda Guerra Mundial trajo como consecuencia la Guerra Fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética. Y la Guerra Fría dio lugar a la carrera espacial entre ambos países que, en lugar de decidir aniquilarse mutuamente, optaron por apostar quién sería el primero en llegar a la Luna. Los científicos alemanes que había trabajado para el ejército alemán con el fin de fabricar poderosos cohetes con los que arrasar Gran Bretaña fueron contratados por norteamericanos y soviéticos para construir otros cohetes con una finalidad más pacífica: viajar al espacio. Y fue así cómo nació la National Aeronautics and Space Administration, la NASA, la que puso al ser humano en la superficie lunar. Ayer cumplió 50 años.

"Hemos elegido ir a la Luna en esta década y hacer otras cosas porque no porque sean fáciles, sino porque son difíciles", dijo el presidente de Estados Unidos, John F. Kennedy, en 1962, cuando anunció el inicio oficial de la carrera espacial. "Porque ese objetivo servirá para organizar y medir lo mejor de nuestras energías y habilidades, porque ese desafío es uno que estamos dispuestos a aceptar, uno que no estamos dispuestos a posponer, y uno que intentamos ganar".

No fue John Kennedy, sino su antecesor, Dwight Eisenhower, quien dio luz verde a la creación de la NASA. Lo hizo el 29 de julio de 1958, sólo unos meses después de que la Unión Soviética lanzara con éxito el primer satélite artificial de la Historia, el Sputnik. Desde ese momento quedaba sobre la mesa que el mejor país sobre la faz del planeta no sería aquel que arrasara a otros, sino el que desarrollara una tecnología capaz de llevar al hombre al espacio.

La NASA tuvo unos comienzos inciertos hasta que John Kennedy se hizo con la presidencia de los Estados Unidos en enero de 1961. El presidente representaba un estilo nuevo, joven, más idealista y soñador que los viejos republicanos. Hizo del sueño de ir a la Luna uno de sus objetivos. Prometió que Estados Unidos lograría poner sobre la superficie lunar a un hombre y devolverlo sano y salvo a la Tierra antes del final de la década. Sus deseos fueron órdenes para los miles de científicos que fueron contratados por la NASA con presupuestos multimillonarios a partir de aquel momento.

El primer proyecto que había realizado la NASA entre 1958 y 1961 había sido el Programa Mercury, que tenía como objetivo descubrir si el ser humano podía sobrevivir en el espacio exterior. El astronauta Alan Shepard, a bordo de la nave Liberty 7, fue el primer estadounidense en realizar un vuelo suborbital de 15 minutos el 5 de mayo de 1961. Los soviéticos iban muy por delante: el cosmonauta Yuri Gagarin, a bordo de la nave Vostók 1, había sido el primer hombre en viajar al espacio menos de un mes antes, el 12 de abril.

El gran golpe de efecto lo daría el 20 de febrero de 1962 el astronauta John Glenn, cuando consiguió orbitar la Tierra tres veces en un vuelo que duró cinco horas dentro de la nave Friendship 7. Se convirtió en un héroe nacional y dio alas a la NASA para embarcarse en el siguiente proyecto, el Programa Gemini, es el eslabón necesario para dar el salto al Programa Apollo, el que llevaría al hombre a la Luna.

El Programa Gemini iba a operar en la órbita terrestre y afrontó varios retos: lograr que un astronauta realizara su primera EVA (Extra Vehicular Activity, es decir, Actividad Extra Vehicular, o Paseo Espacial), protagonizada por Edward White el 3 de junio de 1965 en el Gemini 4, y lograr lo que se conocería como cita espacial, o encuentro entre dos naves en el espacio con el fin de ensamblarse una a otra. Eso se conseguiría, tras varios ensayos con éxito, el 16 de marzo de 1966 en la nave Geminis 8 tripulada por los astronautas David Scott y Neil Armstrong.

La 'cita espacial' tenía una importancia esencial: los científicos de la NASA habían establecido que la mejor manera de llevar al hombre a la Luna era lanzar una tripulación de tres astronautas en un cohete que incluiría las turbinas de propulsión, un Módulo de Mando (Command Module o CM) que orbitaría la Luna y aprovecharía su fuerza de la gravedad para volver hacia la Tierra como quien lanza una piedra con una honda, y un Módulo Lunar (Lunar Module o LM), que tenía que ser extraído del interior del cohete y acoplado mediante una serie de maniobras al Módulo de Mando. El LM sería el encargado de poner al hombre en la Luna y luego regresar para tener una 'cita espacial' con el CM y darle propulsión para la vuelta a la Tierra.

Una vez finalizado el Programa Gemini se puso en marcha el Programa Apollo, el definitivo, que comenzó con una tragedia: El 27 de enero de 1967, la tripulación del Apollo 1, integrada por Gus Grissom, Edward White y Roger Chaffee, murió carbonizada en el Módulo de Mando durante unas pruebas rutinarias de pre-vuelo a causa de un incendio. Pero aquello no paró los planes de la NASA, que decidió que las siguientes misiones Apollo no fuesen tripuladas por hombres hasta que llegase el momento necesario.

El Programa Apollo tenía como objetivo que cada misión, hasta el Apollo 11, tenía que ejecutar una parte de los pasos de baile de la gigantesca coreografía que habría de interpretar la primera misión en llegar a la Luna. Así, la siguiente misión tripulada, la Apollo 7, estuvo orbitando la Tierra once días, la Apollo 8 llegó hasta la Luna y regresó a la Tierra aprovechando la gravedad lunar, la Apollo 9 realizó el lanzamiento y la cita espacial del Módulo Lunar y la Apollo 10 voló hasta la Luna e hizo las maniobras de alunizaje del Módulo Lunar sin llegar a posarse en el satélite y regresando de nuevo al Módulo de Mando.

El 16 de julio de 1969 se produjo el lanzamiento del Apollo 11, la misión que sí tocaría suelo lunar. La tripulación estaba integrada por Neil Armstrong, Edwin 'Buzz' Aldrin y Michael Collins. Cuatro días después, el 20 de julio, Armstrong y Aldrin se introducían en el Módulo Lunar mientras Michael Collins aguardaba en el Módulo de Mando orbitando sobre el satélite.

"Éste es un pequeño paso para un hombre, pero un salto gigantesco para la Humanidad", dijo Neil Armstrong a poner el pie en la Luna, en donde estarían los dos astronautas sólo unas horas. La carrera espacial había finalizado y Estados Unidos había sido la clara vencedora. La Unión Soviética, que había logrado enviar cohetes a la Luna, pero sin tripulación, se dio por enterada.

Tras el Apollo 11, diez hombres más pisaron el satélite entre las misiones 12 y 17 con excepción de la del Apollo 13, que tuvo que regresar a la Tierra por una gigantesca avería en el Módulo de Mando. Las distintas misiones tenían por finalidad confirmar que la Luna era un satélite que se había desgajado de la Tierra a causa de un gran choque interplanetario que daría lugar a la Tierra y Marte.

El Programa Apollo fue suspendido antes de tiempo debido a la falta de interés de los norteamericanos por la carrera espacial una vez ganada y a la necesidad de fondos para mantener la Guerra de Vietnam. Ahora, cuando cumple 50 años, la NASA vuelve a mirar a la Luna... y a Marte...

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