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Noche de gloria para el Coro de la OCG

Programa: Tomás Luis de Victoria, Ave Maria a 8 voces; Heinrich Schütz, Selig sind die Toten (motete a 6 voces); Johann Sebastian Bach, 'Tilge, Höchster, meine Sünden' salmo 51 BWV 1083/1 y 'Ich bin vergnügt mit meinen Glücke' Cantata de septuagésima BWV 84; Georg Friedrich Händel, Dixit Dominus, salmo 109 HWV 232.Solistas: Ulrike Haller (soprano), José Antonio Masmano (oboe). Conjunto Barroco de la Orquesta Ciudad de Granada. Coro de la Orquesta Ciudad de Granada. Director: Daniel Mestre. Lugar: Auditorio Manuel de Falla. Fecha: 9 de marzo de 2012

El Coro de la Orquesta Ciudad de Granada ofreció, dentro de la temporada de la OCG, un concierto dedicado por entero al desarrollo de la música vocal en su más alta expresión artística. De este modo, el coro tomó el protagonismo, acompañado por un conjunto instrumental sacado de la OCG, que tocó con instrumentos y técnicas historicistas. De este modo, la velada quedó por entero consagrada al lucimiento del Coro de la OCG, una formación que ha crecido en los últimos años en ductilidad y técnica interpretativa.Una de las facetas que la Orquesta Ciudad de Granada ha explotado poco hasta el momento es la posibilidad que tiene de montar programas historicistas a partir de la plantilla de instrumentos y voces que tiene. El repertorio tardorrenacentista y barroco no requiere de un amplio desarrollo instrumental, por lo que a menudo queda excluido de las programaciones de las orquestas nacionales. Sin embargo, la OCG cuenta con una ventaja que no siempre ha sido tenida en cuenta: varios de sus músicos han demostrado un especial interés por la interpretación con instrumentos antiguos, por lo que pueden en un momento dado abordar obras anteriores al siglo XVIII. Además, el contar con un coro dúctil en el que varios componentes han cantado y cantan música antigua en otras formaciones granadinas hace posible plantear programas como el que pudimos disfrutar.La velada se abrió con una correcta interpretación del Ave Maria a ocho voces de Tomás Luis de Victoria, una de las primeras obras en anticipar la policoralidad en el repertorio hispano. La interpretación que Daniel Mestre escogió potenciaba esta característica, exponiendo al Coro de la OCG en dos grupos compensados y homogéneos, y reforzando la textura polifónica con un bajo continuo formado por órgano y bajón.

Siguiendo con una textura contrapuntística muy marcada pudimos escuchar el motete a seis voces Tilge, Höchster, meine Sünden (Borra, Altísimo, mis pecados) de Heinrich Schütz. Muy oportuna fue la distribución de cuatro violines doblando varias voces, además de un violonchelo, un contrabajo y el continuo del órgano. La interpretación del coro estuvo muy compensada en líneas generales, describiendo con claridad y soltura las distintas líneas polifónicas.

Más evolucionado, pero en la misma tónica contrapuntística, se interpretó el Salmo 51 de Johann Sebastian Bach; en realidad, se trata de un arreglo para voces blancas del inicio del Stabat Mater de Pergolesi. El dúo original se convierte en la obra de Bach en un cántico a dos voces vocales que las voces agudas del coro supieron devolver a la vida dentro de la atmósfera de quietud y piedad contenida propias de la partitura.

Como colofón de la primera parte se interpretó la Cantata de septuagésima BWV 84, una de las muchas que Bach escribió para cumplir con sus obligaciones de compositor en la Iglesia de Santo Tomás de Leipzig. La obra está escrita para soprano y orquesta de cámara. La cantante Ulrike Haller, de una voz potente y muy timbrada, puso su buen hacer al servicio de un texto y una música necesitadas de gran desarrollo y expresividad; le acompaño como segunda voz el oboista José Antonio Masmano, que interpretó su parte con un instrumento de época. Con una dicción muy depurada y una emisión clara y bien proyectada, la soprano llevó a cabo una magnífica interpretación de los distintos pasajes de la obra, arropada en todo momento por el conjunto de cámara formado por músicos de la OCG, y en el último número también por el coro.

La segunda parte del concierto se dedicó por entero a una de las piezas vocales claves de la música religiosa barroca en Inglaterra: el salmo Dixit Dominus de Händel. La obra se articula en ocho números y la doxología final. Desde los primeros compases de la introducción instrumental Daniel Mestre dotó a la obra de un ritmo marcado e incisivo, que en líneas generales potenció la expresividad de la obra. Como el salmo anteriormente escuchado, el Dixit Dominus de Händel se inicia con un dúo vocal, interpretado por la soprano Verónica Plata y el alto Miguel Ángel García; estas dos voces, salidas del coro de la OCG, demostraron sus dotes interpretativas en un dúo de alta calidad sonora y buena concepción artística. Ambos solistas del coro intervendrían en otros momentos del salmo; cabe destacar el carácter decidido y magnífica dicción de Miguel Ángel García en el verso "Virgam virtutis", así como la calidez y delicadeza de Verónica Plata en el pasaje que se inicia con el verso "Tecum principius". El coro también tuvo varios momentos de lucimiento colectivo: en el verso "Juravit Dominus" demostró una precisión interpretativa digna de los grandes conjuntos profesionales, abordando el intricado contrapunto de la partitura con decisión y control. Igualmente impactante fue el pasaje "Judicabit in nationibus", en el que el director demandó una interpretación marcada y muy incisiva que requiere un considerable dominio técnico. Para concluir, coro y conjunto instrumental desplegaron toda su expresividad en los fugados e imitaciones que caracterizan la doxología, cerrando la interpretación del salmo y la velada de forma efectista y decidida, lo que les granjeó una prolongada ovación.

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