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Objetivo: salvar al planeta

Lo de Hollywood y la televisión es curioso. Al principio la caja tonta fue la hermana pequeña del cine, allí donde acababan todos los rebotados de la gran pantalla. Eran dos mundos separados y que se daban la espalda. Pero a partir de los 80 esto cambió. Empezaron series míticas que favorecieron el trasvase entre los dos medios. Pero la vieja rivalidad ha vuelto en este principio del tercer milenio, sólo que al revés. Es ahora la televisión americana la que ofrece una calidad impensable y que da sopas con honda a la industria de Hollywood en cuanto a riesgo y creatividad. Ahí están Perdidos, Los Soprano, The Wire, The Shield, y otras más. La solución de los del cine ha sido típica: no aprovechar este río de talento y hacer versiones de viejas series como Superagente 86, que desde hoy se cuela en los cines granadinos.

Se une a la larga lista de calcos de teleseries míticas, como fueron Embrujada, Los Ángeles de Charlie, Starsky & Hutch, SWAT... hechas con mayor o menor fortuna, aunque todas pecan de lo mismo: fallan al intentar actualizar las antiguas tramas, desnaturalizándolas. Superagente 86 se produjo en los años 60, durando cinco temporadas. Era una parodia del cine de agentes secretos, James Bond a la cabeza, de la década prodigiosa. La protagonizaban el desaparecido Don Adams como 86 y Barbara Feldon como 99. La serie sigue funcionando cuatro década después con sus sucesivas reposiciones en todos los canales del mundo. El proyecto cinematográfico se tiró varios años esperando ver la luz, pero problemas legales entre los dos creadores de la serie (Buck Henry y Mel Brooks) lo retrasaron. Ganó el pleito el segundo, pero empezó otra historia. Hubo grandes negociaciones en las que fue fundamental a última hora la aparición de Steve Carell, un cómico capaz de lo peor y de hacer un memorable papel dramático en Pequeña Miss Sunshine. Él fue el elegido para dar nueva vida a Maxwell Smart. El reparto se completa con Anne Hathaway como la agente 99, Dwayne Johnson, ex The Rock, como el agente 23 y Alan Arkin, el libertino abuelo de Pequeña Miss Sunshine, como el jefe de Control. No se consiguió que Mel Brooks hiciese un cameo, algo que si aceptó Bill Murray. El especialista en comedias Peter Segal dirige.

Smart es un más bien torpe analista de la agencia de espionaje Control que se ve ascendido cuando se descubre que Caos, una organización dedicada a sembrar el terror, ha accedido a las listas de agentes secretos de Control. Siguen los zapatófonos y las cabinas de teléfonos que son entradas secretas, pero el utillaje de los agentes se ha adecuado a esta época tecnológica.

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