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Palabras adultas para todos los públicos

  • El escritor Juan Madrid se cita con los escolares del colegio San Juan Bosco de Granada para hablar de vida y literatura y responder a sus preguntas

"¿Tomás es mariquita?", pregunta un niño de ocho años al escritor Juan Madrid sobre uno de sus personajes. "¿Qué?", responde con cara de asombro. "Sí, que Tomás es gay y al final le da un beso a Clara", continúa el infante. "¿Te parece mal?", inquiere el autor. "No, es que es gay", zanja el joven. Es una de las anécdotas del encuentro del autor de Huida al Sur con los niños del colegio San Juan Bosco del Zaidín.

Antes del turno de preguntas, el escritor habló a los niños sobre el oficio de escritor como si se dirigiera a un público de catedráticos de Literatura, con total respeto a su inteligencia. Tras preguntar al auditorio quién conocía la historia de Sherezade -apenas diez niños levantaron la mano-, Madrid afirmó que "la literatura debe fascinar de tal manera que no podamos dejar de leer". "Los escritores no podemos aburrir", continuó.

Después habló de Huida al Sur, un libro donde trata el tema "de los diferentes, de los prejuicios". Un duro relato que ha servido de libro de texto a los alumnos el último mes. "Pero todos somos iguales, ¿eh?, compañeros y compañeras", advirtió el escritor con su voz desgastada por el Ducados. "Las experiencias personales no dejan de ser muy limitadas y si no existieran los libros la vida sería pobrísima", dijo el escritor en un acto de proselitismo literario. "Sería como un mosca en un plato que cree que el mundo es ese plato". Y una sentencia apta para niños recién venidos del recreo y para un pregón de la feria del libro: "Nosotros nos conocemos a través de los demás, a través de las novelas". Después les habló de la injusticia social, de un marroquí -protagonista de la novela- sacado de una escena real en la que dos tratantes de ganado propinaban una paliza a un magrebí acusándole de haberles robado la cartera, "cuando en realidad se la habían olvidado en un club de alterne", explicó el escritor ante alumnos y sacerdotes.

Después llegó el turno de preguntas: "No aplaudáis, compañeros y compañeras, que no soy un cantante de rock". Le hicieron caso a medias, porque cada compañero que preguntó al escritor fue vitoreado con entusiasmo juvenil. "¿Qué sintió cuando le dieron el Premio Edebé de Literatura Infantil y Juvenil?". "Pues una gran alegría porque es una cantidad de dinero increíble", se sinceró el escritor. "¿Ha pensado llevar al cine esta novela?". "Yo no soy el dueño de los medios de producción de películas, sólo puedo ser guionista o director, pero si tienes dinero podemos hacerlo", respondió de nuevo como si estuviera hablando con Enrique Cerezo, presidente del Atlético de Madrid y productor de cine. Pero ningún niño le preguntó por Adiós princesa, su nueva novela en la que investiga el asesinato de la prometida del Príncipe de Asturias. Así que se fueron felices y comieron perdices.

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