Ciencia hoy

Pequeño 'Verano Con Ciencia'

  • Los investigadores más jóvenes descubren durante estos meses los misterios del mundo en el Parque de las Ciencias

Los científicos del mañana se forman en el taller Verano Con Ciencia, que el Parque de las Ciencias desarrolla cada temporada desde hace tres años. Esta nueva edición convoca seis semanas de talleres. Ayer comenzó la quinta semana y no fallaron a la cita los 75 niños matriculados en el curso, en dos grupos, el primero con edades entre los 4 y 8 años, y el segundo entre 8 y 12 años.

A las 10.00 horas fueron recibidos junto a sus familias en el Salón de Actos del Museo. Allí les explicaron qué iban a hacer y, ataviados con gorras, camisetas y sus mochilitas a la espalda, se despidieron de sus familias para meterse de lleno en la ciencia.

Las dos áreas que conforman el programa se estructuran a su vez en dos bloques. En el apartado de Biodiversidad y anatomía, los niños disfrutan de recorridos botánicos, visitan el mariposario, asisten a talleres con aves rapaces, visionan proyecciones con contenidos sobre la biodiversidad y participan en recogida de muestras para luego analizarlas. Para conocer el cuerpo humano, se adentran en talleres de disección anatómica, elaboran modelos con materiales reciclados o visitan zonas del museo relacionadas con el cerebro y la percepción.

En la segunda área, Física y Astronomía, los participantes visitan el Observatorio Astronómico y disfrutan de una sesión de planetario. Además, construyen instrumentos musicales e intervienen en talleres de sonido, reciclaje y flotación.

Los pequeños científicos también disfrutan de un tiempo de descanso, donde aprovechan para reponer fuerzas con un suculento desayuno y juegan por las zonas de mecánica o de agua. A las 15.00 horas, vuelven a sus casas con el premio de su trabajo y la ilusión de volver al día siguiente.

En todo momento están acompañados por sus monitores, con los que "mantienen una relación muy estrecha", según afirma Paz Posse Hernanz, jefa del Departamento de Educación. Los monitores trabajan de forma habitual en el museo, y la mayoría, ya han participado en otras ediciones de los talleres. Su principal objetivo es "conocer a su grupo y darse a conocer", señala Posse.

En la primera edición sólo hubo un grupo de 25 niños, pero pronto la solicitud creció. "Cada año nos demandan más, tenemos que incluir a algún grupo más, o una semana más de taller. Este año hemos llegado a seis semanas y a un total de 450 niños", asegura la jefa de Educación.

Las actividades del taller no interfieren con las generales del Parque. Es una actividad que da "mucho trabajo al parque, pero más satisfacciones, vemos que los chicos responden y aprenden. Les deja un interés y una motivación para ser un poquito más científicos", afirma.

Cuando acaban sus talleres y salen por la puerta del museo, se oye la frase "Mañana venimos otra vez, ¿verdad?". Y al día siguiente vuelven con sus padres a enseñarles todos los contenidos del museo que ellos han visto. "Tienen una 'suertaza', porque hacen con sus monitores las dos exposiciones temporales que tenemos ahora, la de Veneno Animal y la de Antártida; y se van con ese bagaje, y claro, luego quieren enseñársela ellos a sus familias", explica, "como si fueran ellos los guías o monitores".

El último día niños y 'papis' disfrutan de una 'tapita solar' elaborada en una cocina solar, y reciben un certificado por participar: "El Verano con ciencia es una actividad para empezar con un buen currículum".

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