Pablo Juliá. Director del Centro Andaluz de la Fotografía

"Qingsong tiene mucho de Federico Fellini"

Pablo Juliá está hipnotizado por las fotografías de Wang Qingsong. El director del Centro Andaluz de Fotografía ha conseguido la primicia de montar la primera exposición en España de un artista que va clavando alfileres en el espectador en un ejercicio de acupuntura visual.

-El programa 'Follow me' intentó enseñar a hablar inglés en la década de los ochenta. ¿Tuvo tan poco éxito en China como en España?

-La exposición tiene un marcado carácter crítico. En China no hay manera de que alguien hable inglés. Fue la típica orden de la superestructura cultural de China: todos a aprender a inglés, pero nadie aprendió. El artista ve eso como una imposición, que lo que hace es destruir la cultura china pero sin aportar lo mejor de la cultura occidental. Considera que empresas como McDonald's o Nike son lo peor de Occidente, pero otros valores como la pintura de Renoir no se valoran.

-¿De ahí la fotografía de un Buda con un paquete de 'Marlboro' al lado?

-Es una crítica a la publicidad. En realidad, su obra se divide en viñetas. No es fotografía reflejo sino fotografía ventana, donde la visión general se va particularizando. Ves la obra en conjunto y te da una idea, pero el concepto general se va cimentando con los detalles.

-¿Nunca antes se había visto su obra en España?

-Alguna cosa en Arco, pero esta es la primera exposición.

-Estas fotografías tienen alma de película. Sin embargo, escapan de la sobriedad del cine chino y tienen una espectacularidad deslumbrante...

-Sí, hay películas insoportables. Pero Qingsong tiene mucho de Fellini, porque todo eso que hay ahí, con esos desnudos y esas pinturas, parece sacado de una de sus películas.

-¿Cómo convenció a Qingsong par que cediera sus obras al Centro Andaluz de Fotografía?

-Él tiene una cultura comunista y a nosotros nos ha cedido obras que valen 300.000 euros. Como nosotros no tenemos ánimo de lucro él considera que esta obra sirve para trasladar su idea de la actitud que tienen ahora las autoridades comunistas. Él nos cede estas obras como un acto de propaganda.

-No se limita a mostrar el pasado, el presente y el futuro en sus fotografías... Muestra diferentes pasados, presentes y futuros...

-Su obra es un análisis histórico del tiempo y de alguna manera hace referencia continuamente a lo que significó la Revolución de Mao. Eso siempre está ahí. Pero también hace referencias a Manet, Renoir, Man Ray, a La Consagración de la primavera... Es una permanente revisión de todo con imágenes también de sexo explícito. Es un recorrido por la historia de la pintura, pero también de la escultura: cuando utiliza a una mujer desnuda como mesita es el colmo, es la lectura de algunas obras cumbre de los cubanos, se ve que ha leído y que tiene una cultura inmensa.

-En su caso, cuando ha tenido estas fotografías para usted solo en Almería, ¿qué le han sugerido?

-Llegaba por la tarde y me dedicaba solo a mirar una fotografía. Es una obra de chinos, nunca mejor dicho, porque no paraba de descubrir detalles. El sentido del desnudo no es el de Occidente. No le importa que las modelas sean gordas o delgadas, lo único que le importa es el desnudo. Y luego esa sensación de que el individuo está metido cada uno en su cárcel particular, con esas foro en la que las personas están como en cubículos separados, abiertos a la visión de todos los demás. Es una crítica a la cultura comunista.

-¿Cómo consigue sobrevivir en China pese a las críticas que hace al sistema?

-Porque su obra es crítica pero no trasciende a las grandes masas. Con los desnudos maquilla la carga política que tiene la obra.

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