A lo largo de la Historia del Arte han existido artistas geniales cuyo trabajo no sólo no fue reconocido, sino que, absurdamente, por esos misterios que dictan las envidias de los mediocres, fue denostado, desconsiderado y hasta forzado al olvido. Es esta una práctica, desgraciadamente, harto frecuente en todas las facetas del Arte, pero mi experiencia me ha hecho ver, a lo largo de muchos años, que es en la fotografía donde tal circunstancia esquiva se hace más presente. El porqué no lo sé. Tampoco me interesa saberlo. Allá cada cual con su esclerótica medianía. Este poco esperanzador comienzo viene dado por la poca justicia que en vida se le hizo a Jorge Rueda y a su extraordinaria concepción de la fotografía. Estamos ante un artista total que no sucumbió a los simples parámetros de positivar la realidad, sino que desarrolló una fotografía sin sujeciones, quedando todo supeditado al genio creador de un artista que la simpleza de lo circundante se le quedaba demasiado estrecha.

El artista nacido en Almería se aparta de los extremos determinantes de lo real y busca desenlaces libres, sin ataduras, realizando imágenes que no tenían absolutamente nada de simple materialización de lo real. Las obras de Jorge Rueda eran como impactos visuales, poderosos golpes efectistas donde la realidad perdía sus horizontes definitorios para retomar una nueva dimensión que la hace sucumbir en sus propios elementos.

El artista desapercibido hace un año, participó de los mejores ambientes de la gran fotografía española a la que él dio un impulso considerable, no sólo en su propia faceta artística, sino también abriendo estados de opinión desde aquella publicación mítica, Nueva Lente, que abrió muchas perspectivas en los caminos de la fotografía.

La obra de Jorge Rueda ha sido adscrita al surrealismo. Es lógico, toda vez que sus imágenes funden los espacios reales en un nuevo estamento donde lo imposible juega un papel importante, generando una máxima dimensión pararreal. Esta definición de la fotografía de Jorge Rueda fue cuestionada una y otra vez por el propio artista que prefirió la de realismo fantástico. Sea como fuere, su obra es todo un impacto visual, un golpe poderoso dado a esta sociedad que el fotógrafo cuestiona aportando un nuevo desenlace visual y toda una galería de imágenes a contracorriente.

La exposición, organizada por el Centro Andaluz de la Fotografía, nos acerca a la gran fotografía de uno de los artistas más geniales que ha dado este género en los últimos tiempos. La humanidad muestras aspectos imposibles de su existencia, metáfora desapasionada de una sociedad mediata dentro de una inmediatez que cuestiona su propio desarrollo.

La UFCA vuelve a situarnos en los medios de la mejor fotografía. La muestra de Jorge Rueda constata el gran trabajo de una institución que vela por la trascendencias de un Arte que, desde Algeciras, nos llega con toda su inquietante dimensión.

Jorge Rueda Galería UFCA Algeciras, Cádiz.