"El arte unido a la didáctica es mi forma de expresión y personalidad como autor. No puedo olvidar la creatividad pero tampoco mi profesión de docente", afirma el escultor granadino Jesús Aguilera.

Precisamente, estos dos ingredientes -la docencia y la creación- es lo que le sirve para dar vida a cada una de sus obras que podrán contemplarse hasta el próximo 15 de septiembre en la sala de eventos de culturales en el Edificio Cosme Izquierdo de Galera (Granada).

La exposición se reparte entre dos espacios distintos pero combinados entre sí por la misma temática: el material del bronce.

En la primera de ellas se ofrece una retrospectiva que reúne obras de muy distintas épocas de su vida, desde sus primeros años -cuando aprendía en la escuela de Bellas Artes- hasta las piezas más recientes, de hace tan sólo unos meses.

El otro espacio expositivo lo componen una docena de piezas que narran la vida de la Edad del Bronce. "Cuando era niño paseaba por el Castellón Alto, cuando todavía no sabía nada acerca de los yacimientos de la zona, pero aún así me sentía atraído hacia ellos y han tenido algo especial que mi trayectoria que ha servido de influencia en mi obra", expresa el escultor.

En cuanto a la temática de las esculturas, en su mayoría responde a una descripción de la vida cotidiana de personas como cazadores armados de sílex, agricultores realizando las laboriosas jornadas en el campo, además de llamativos vasos cerámicos para la leche, el trigo y el agua, cabañas de carrizo y de barro. "Lo que más prevalece en esta muestra es la presencia de la figura humana", argumenta Jesús.

Por otra parte, la técnica utilizada para las esculturas de La Edad del Bronce es la del proceso de la cerámica perdida junto a composiciones de metales. Para la retrospectiva, relieves realizados con terracotas.

"Es un tratamiento de las obras con un toque tradicional aunque, desde mi punto de vista, lo que más destaco es la combinación de sentimiento unido a la pasión de darle vida a cada una de las piezas", describe Aguilera.

El autor no sólo se forjó en la Escuela de Artes de Granada. Brasil también llamó a su puerta gracias a una beca. "Me sorprendí mucho porque en esta ciudad conocí otra forma de tratar a la escultura, mucho más primitiva, algo que atribuyo a la gran influencia africana en el país".

"En Brasil, la talla de escultura está considerada casi como un proceso de trabajo espiritual. Esta tierra me ha enseñado mucho, sorprendiendo e influenciado a la hora de abordar mis piezas", afirma el creador.

La visión particular del oficio de escultor, Aguilera lo ve como una "conversación entre la cabeza, las emociones y la habilidad de darle forma y vida a cada una de sus ideas". La humanidad forma parte de cada una de sus escenas en sus muestras porque, según Aguilera, "dan una frescura inigualable que transmite mucha sensación de dinamismo al público".

No sólo fue el continente Americano uno de los lugares que han sido testigos de su evolución; Bélgica también ha sido un lugar importante en el desarrollo de su carrera. "Creí que al estar en un país mucho mas al norte de Europa iba a encontrar mayor nivel o calidad artística pero simplemente se trata de otra forma de ver las cosas", admite Aguilera.

En sus inicios estaba más interesado por disciplinas como el dibujo o la plastilina, pero desde siempre le seducía más la idea de poder plasmar una imagen en un material que permitiese una mayor movilidad: "La escultura ofrece la posibilidad de sentir una mayor involucración a la hora de desarrollar cualquier idea existente en tu cabeza y llevarla a cabo a cualquier tipo de material. Creo que en esta rama artística existe una mayor simbiosis entre obra y autor".

La carrera de Bellas Artes en la Universidad de Granada, concretamente en las ramas de Escultura primero y de Pintura después le han servido para enriquecer su trabajo, así como diversos estudios en la Escuela de Arte de Granada en las especialidades de talla en piedra y vaciado y moldes. Además, ha participado en diversos congresos, exposiciones, cursos y grupos de trabajo.