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Rosellini y la lucha contra la violencia

  • La actriz denuncia la persistencia de la agresión hacia las mujeres

Isabella Rosellini aprovechó ayer su paso por el Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias (FICCI), donde recibió un gran homenaje, para denunciar que la violencia contra la mujer persiste en el mundo, porque "siguen vivos los roles machistas".

Rossellini, quien a la edad de 16 años fue víctima de una violación, expresó su preocupación porque "culturalmente estemos en un momento en el que el marido sigue sintiendo que puede pegar a su mujer si están discutiendo".

La cineasta, actriz, productora y modelo interpretó hasta en tres ocasiones el papel de mujer violada en diferentes filmes, y su experiencia personal en ese sentido ha influido tanto en su vida como en su carrera. "Nací en el siglo correcto, en el que las mujeres pueden votar, tener propiedades, cuentas bancarias; en el que ha habido un gran movimiento para dar derechos a las mujeres y en el que la violencia está disminuyendo", agregó Isabella Rossellini.

No obstante, la protagonista de Terciopelo azul, una de las películas fetiche de los años ochenta del siglo pasado, lamentó que "la violencia contra las mujeres sigue existiendo", aunque no por ello hubiera preferido, confesó la actriz, nacer en ninguna otra época.

De sus padres, Roberto Rossellini e Ingrid Bergman, dos grandes mitos del celuloide, heredó un talento innato que la llevó a trabajar en importantes filmes, como La fiesta del Chivo o Crime of the Century, con el ganó un Globo de Oro.

Nació en 1952 Roma y después vivió en París, epicentro de la moda. Esos escenarios le permitieron desarrollar otra de sus pasiones, que le ha reportado grandes satisfacciones personales: trabajar como modelo, llegando a ser durante años el rostro exclusivo de la firma Lancome.

La Italia en la que nació y vivió era próspera, vinculada al diseño, a la modernidad, un país muy distinto al que vivió su padre, quien, según recordó, "nació entre las dos guerras mundiales, en una Italia devastada".

"Yo crecí en la Italia de después de la guerra, donde disfrutamos de 60 años de paz y nos convertimos en uno de los países más ricos del mundo", matizó Rossellini, para dejar claro que fueron "dos realidades muy diferentes, que no se pueden comparar".

La italoestadounidense admitió así que ama trabajar como modelo porque adora ser fotografiada, y defendió esta profesión con palabras sencillas: "Es un estereotipo que la moda es sobre estupideces y el cine sobre cosas serias".

Isabella Rossellini confesó también que su paso por el FICCI le está permitiendo conocer el cine iberoamericano, ya que en Nueva York, donde vive con sus hijos, no se ven muchas películas de esta región.

"Vivo en Nueva York, y Estados Unidos está muy cerrado a películas extranjeras, se ven muy pocas. Yo estoy familiarizada con las europeas porque viajo allí, tengo amigos de allí, pero no puedo comentar las latinoamericanas porque no he visto suficientes para juzgar", confesó. Rossellini, además de un gran homenaje a su trayectoria en el FICCI, también recibió en Cartagena de Indias el premio India Catalina honorífico y las llaves de esta ciudad del caribe colombiano. Ahora se prepara para un nuevo proyecto con una empresa de cosméticos orgánicos: la producción de una película sobre abejas, lo que le permitirá disfrutar de otra gran pasión, su amor por los animales.

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