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Siempre brilla el indie

  • En la primera jornada del festival más tumultuoso de la ciudad reinan las voces más consolidadas como Lori Meyers, Iván Ferreiro y La habitación roja

  • La jornada de hoy espera con impaciencia a Los Planetas

Los Lori Meyers, uno de los grandes atractivos de la noche

Los Lori Meyers, uno de los grandes atractivos de la noche

Hay un factor común en el mundo indie, en realidad hay muchos, pero uno de ellos destaca sobre el resto por su luminiscencia a la hora de proyectar el carácter de esta generación/género (ambos sustantivos comienzan con gen, del griego genós, 'raza, origen, nacimiento, de ahí precisamente que sea una tribu con unas características especialmente definitorias). Volvamos a ese factor común: bailar pegando saltitos en los que el talón nunca se puede separar más 5 centímetros del suelo, con las manos en los bolsillos, flequillo en órbita y con expresión de júbilo que contrasta con el gesto de brazos y piernas que denotan la indiferencia sostenida de una generación llamada millenial en la que según las malas lenguas todo se vive nihilísticamente…a medio gas.

Todo queda atrás cuando se cuentan las horas para acudir a la gran fiesta de la ciudad este fin de semana, el celebérrimo Granada Sound. Celebérrimo porque desde hace semanas el murmullo general entre los menores de 45 versaba sobre el festival, con perdón del también memorable Metro.

Granada, la Alhambra y Sierra Nevada quedaron a la espalda de los que que ayer cogieron el bus lanzadera -el 80% de los asistentes- así como los que decidieron coger su coche para llegar desde primera hora al recinto del Cortijo del Conde.

Carretera de Córdoba. Atascos para entrar en Granada y cualquiera que llegue al festival y pretenda aparcar -calculen cuantos coches representan el 20% de 24.000- tiene que dar al menos 6 vueltas por los alrededores para poder estacionar. Los ocupantes de ese hipotético coche que intenta parar no dejan de ver decenas de personas que esperan haciendo botellón para entrar a los grupos más punteros: Ferreiro y Lori Meyers, marca de la casa preparados para atacar en el primer dia de un fin de semana grande para Granada.

Más de 20.000 personas en un recinto que dejaba amplitud para cualquiera, lleno de puestos de comida y algunas zonas VIP. En definitiva, 28.000 metros cuadros que emulaban a una gigantesca verbena de pueblo, en el mejor de los sentidos posibles, gracias a las guirnaldas luminosas y los puestos que circundan el terreno donde este año vive el Granada Sound por segunda vez consecutiva.

La primera gran noche tuvo un cartel prácticamente redondo si se mide bajo los cánones 'indies-pensables'.

Tras Pollock que abrieron la tarde (son de esos grandes conocidos de los escenarios festivaleros) llegaron Toulouse, unos granadinos que a juzgar por el tratamiento de las melodías y la voz, llevan el indie puro corriendo por sus arterias. El grupo granadino continúa en su suma y sigue en una carrera en la que cada año desde 2015 presentan nuevas canciones, y ayer fue el turno del álbum Montemarte, editado este mismo año.

La primera gran explosión de la noche. Un hombre que lleva décadas inventando historias que revientan neuronas y practican lobotomías a las sensibilidades más neuróticas. Hablamos de Iván Ferreiro, el hombre de la voz rota y poseedor de una de las lenguas más hábiles de la historia de la música española. El gallego abrió ayer su Casa en un concierto lleno de recuerdos imborrables para sus fans como son SPBN -son preciosos nuestros besos a las afueras del pueblo-, El equilibrio es imposible o Extrema pobreza. Por supuesto aquel que cantaba la preciosa y oscura Canción de amor y muerte también dejó espacio en el set list para su nuevo álbum. Casa vió la luz el pasado de 28 de octubre y es el séptimo disco del que fuera letrista de los Piratas (ayer también cantó si imprescindible Años 80).

Todo esto sucedió en el escenario Alhambra, uno de los principales, y mientras el gallego entonaba las últimas notas de la perfecta Turnedo y el gentío entraba realmente en el ambiente Ferreiro, La habitación roja esperaba su turno en el escenario contiguo, el Negrita.

Jorge Martí y el resto de la banda valenciana se hizo con el público cuando cantaron el Hoy es un día perfecto para decir que te quiero sin miedo. La habitación roja son otros agitadores del mundo independiente de pura raza, uno de los que cogiendo las riendas sueltas que dejaron los primeros, los Smith, se lanzaron al vacío que quedaba en el panorama de este género en los años 90.

Hubo un momento para el recuerdo, para la solidaridad entre músicos. La habitación recordó a los Supersubmarina dos años después de su accidente de coche con la canción Volverás a brillar un himno al arte de resurgir y ellos no serán menos: en poco tiempo volveremos a verlos en Granada cantando la canción que le dedicaron a la ciudad que las "estrellas Alhambran al pasar".

Lori Meyers llegaron, vieron y vencieron. el gran espectáculo de la noche llegó de la mano de los lojeños con mejor mano para crear estribillos inmortales. Evolución' fue de las primeras y el público se congregó frente al grupo. Luces de neón' fue la posterior. Y con las primeras leves notas de guitarra ya arrancaron los primeros tarareos histéricos. "Tendría que reconocer razón"...inamovible himno de una generación.

Ellos fueron la gran guinda, aunque no la única, porque Sidonie, otros grandes expertos en calentar gargantas siguieron a esta apuesta segura festivalera en la carrera hacia la excelencia.

Sidonie y los Lori fueron las caras más visibles de esta primera noche aunque no hay que olvidar a Grises que cerraron la noche con el punto de electrónica elegante, un punto de inflexión necesario para cortocircuitar la noche y dar paso a los djs. La noche fue especialmente joven y radiante.

"Tienes que volver a Granada, es más pequeña que Madrid...pero mira, aquí siempre hay música", se escuchaba durante el segundo gran concierto de esta primera jornada. Y es cierto, Granada fue anoche la capital del indie nacional.

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