Exposición pictórica El desnudo femenino al óleo

Soledad Fernández desnuda a una mujer llena de simbolismos

  • La artista madrileña lleva a la Galería Van Gogh de Granada una muestra de 31 piezas en la que destaca el realismo y la técnica depurada de sus lienzos

El desnudo de la figura femenina protagoniza la obra de una gran artista que retrata en sus lienzos la delicadeza, los sentimientos y las emociones que recorren la mente de una mujer. La pintora madrileña Soledad Fernández, que ha llevado su obra a salas de arte de Nueva York, Chicago, Francia, Holanda, Portugal y alrededor de toda España, presenta ahora en la Galería Van Gogh de Granada una muestra que reúne su trabajo más reciente.

Con una técnica depurada logra en los cuerpos una frescura traslúcida evitando las sombras no opacas. El óleo y el pastel con una utilización de la técnica a punta de lápiz en el dibujo, Fernández propone una perspectiva de la mujer que inspire tranquilidad, armonía y fecundidad. Para ello, la artista se sirve de una serie de elementos que se repiten en los cuadros. Naturalezas muertas como el papel, el plástico, o un mantón, y otras vivas como el agua. La madrileña carga de simbolismo sus creaciones sugiriendo el misterio, la belleza, la tecnología fría que contrasta con la fragilidad de los cuerpos, y el agua, como la fuente de la vida.

Un total de 31 piezas componen la muestra. De grandes a mediano y pequeños formatos, la mujer resalta en distintos tamaños y escenarios. Con motivo de su exposición en Granada, la artista ha elegido varios de los cuadros con los que rinde homenaje a la ciudad como el Patio del Generalife y los azulejos de la Alhambra; escenarios que, como explica la autora, complementan la imagen de la mujer.

Fernández recurre a la figura femenina con un estilo delicado y "nunca agresivo". Ha elegido a la mujer como protagonista de sus lienzos porque confiesa conocer los valores de su forma, "como mujer conozco el cuerpo y sus sentimientos". Intenta reflejar amor, cariño y belleza. En un papel secundario, pero sin restarle importancia, el hombre también ha tomado parte en su obra. En menos ocasiones se ha dedicado a pintarlo, pero sabe enfrentarse igualmente al desnudo masculino.

La artista confiesa su predilección por el estilo realista, a veces hiperrealista, en sus composiciones, aunque "nunca va más allá de la realidad". "Se trata de un realismo mágico", explica. En sus inicios comenzó con la abstracción y el impresionismo. Fueron los paisajes sus primeros dibujos, su primera época se caracterizó por las escenas urbanas en las que primaban los edificios y las calles solitarias. Pero pronto ahondaría en el realismo ya que es lo más le llenaba conjuntamente con el desnudo y la figura humana. Realiza cuerpos enteros y apuesta también por fragmentos como torsos y manos. Las manos, confiesa Fernández, son una de las mayores dificultades que se encuentra el artista en la práctica del desnudo. Sin ir más lejos, uno de los grandes pintores españoles, es el caso de Francisco de Goya, prefería no pintarlas. Por ello, cuando le encargaban un retrato siempre preguntaba si lo quería con manos o sin ellas, porque el precio era diferente. Es una anécdota que recordaba la artista para ejemplificar el reto que supone enfrentarse a esta parte del retrato.

Las manos, en su opinión, son una clave para conocer a una persona. "Manifiesta cómo es", subraya. En su caso, como modelos o referentes no toma a otros artistas. A Fernández le gusta fijarse en la gente que le rodea, en sus gestos, movimientos, formas y de ahí se inspira para realizar las composiciones.

La muestra que se podrá visitar hasta el 25 de abril es la tercera que lleva Soledad Fernández a la Galería Van Gogh. Cada dos o tres años suele sacar una exposición con su trabajo, suele dedicarle "mucho tiempo", ya que, según sus propias palabras, "su trabajo lo precisa".

Autodidacta y pintora de "taller" inició sus estudios en Sevilla en la Escuela José Gutiérrez Valle. Más adelante estudió en París, Londres, Roma y Venecia, adentrándose cada día en las técnicas ya aprendidas en Madrid y curtiéndose con las nuevas tendencias artísticas. Después de varias exposiciones alrededor de España en 1987 llevó su obra a la Galería Sammer de Londres y posteriormente ha expuesto en Madrid, Barcelona, Mallorca o Zaragoza.

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