Soledad Flores expone en Servicios Centrales de Caja Rural su Naturaleza sublimada, una colección de cuadros de diferentes formatos con los que a través de innumerables capas de pinturas, veladuras y un uso magistral del color intenta plasmar la ambientación atmosférica "del cielo con sus nubes eternas, ligeras por su aspecto vaporoso, los montes coronados de árboles, siempre con un horizonte que funde el cielo y la tierra".

La artista gaditana, afincada en Granada desde hace años, ha intentado romper con visiones preconcebidas para conseguir un universo creativo propio, donde a través de la abstracción las líneas se desvanecen y el color alcanza su mayor protagonismo. "He intentado reflejar la inmensidad de la naturaleza en la que se revelan todos sus caracteres seductores y ricos de contenido", apunta.

La artista se siente una mujer romántica, "turneriana", añade, en alusión a William Turner, el famoso paisajista inglés del XIX, al tiempo que se confiesa admiradora del expresionismo abstracto, en especial de Mark Rothko "que iba más allá de la pura abstracción, por la expresión a través del color y el contraste". De ambas fuentes bebe para crear sus cuadros de ricas atmósferas y trazos desdibujados con los que intenta "sublimar la naturaleza haciéndola cada vez más mía y más libre".

Detrás de cada una de sus obras, reconoce, hay un continuo proceso de investigación. Soledad Flores presenta más de medio centenar de trabajos de diferentes formatos y soportes, donde predominan los acrílicos con pigmentos, aunque también hay acuarelas y una serie de seis grabados, realizados en el Taller La Granja de su amigo y compañero Emilio Luis Fernández Garrido.