En el segundo concierto de Daniel Barenboim en la 58 edición del festival, el maestro embarca a la eficiente Staatskapelle de Berlín en un homenaje al veterano de los creadores musicales de nuestros días: el neoyorquino Elliott Carter, convertido en 2008 en centenario. Ha programado para ello, su Sinfonía Sum Fluxae Pretium Spei (1993-1996) que se estrenó en Manchester en 1998, cuando su autor estaba próximo a cumplir los 90 años. Además de esta pieza, el público del Carlos V tendrá la oportunidad de escuchar dos célebres momentos sinfónicos de Wagner: Preludio y muerte de amor de Tristán e Isolda, y la Obertura de Die Meistersinger von Nürnberg. El concierto, que dará comienzo a las 22.30 horas en el Palacio de Carlos V, será transmitido en directo por RNE-Radio Clásica.

La complicidad de Barenboim con el compositor americano viene de lejos, desde que hace casi 20 años el maestro argentino le encargara una obra a un ya octogenario Carter. El resultado de este encargo se conoció el 17 de febrero de 1994 cuando la Orquesta de Chicago, dirigida por el propio Barenboim, estrenó Partita, el primer movimiento de Symphonia: Sum Fluxae Pretium Spei, la obra que sonará hoy. Cuatro años después, en 1999, Barenboim volvía a desencadenar otro suceso: estrenó con su otra orquesta, la de la Staatsoper de Berlín, una pequeña ópera de Elliott Carter, titulada What next? ('¿Y ahora qué?'). Después de la ópera, Barenboim no paró y siguió estrenando obras del prolífico y longevo Carter. En 2001, el Concierto para violonchelo; en 2003, el ciclo de canciones Of rewaking, y en 2005, Soundings, la obra con que Barenboim se despidió de la orquesta de Chicago, tras quince años de colaboración.

Ofrecer la Symphonia de Carter es una auténtica excepción. Y lo es porque derriba muchos ídolos. Cuando Carter compone su Symphonia no divide la orquesta en distintos grupos instrumentales , sino que la maneja como un todo en movimiento.