Fela Kuti, padre del 'afrobeat' y portavoz de la contracultura en África Occidental hasta los huesos. Es la propuesta del espectáculo que indaga en la figura del desaparecido activista titulado Kalakuta Republik y que esta noche se presenta en el Teatro Alhambra de la mano de las compañías Serge Aimé Coulibaly y Faso Danse Teatre.

El montaje, que en España se representa en el Alhambra y en el Central, está dirigido por el bailarín y coreógrafo Serge Aimé, quien rastrea en la figura de Kuti, perseguido y encarcelado por su activismo social. Seis bailarines en escena. Siete un poco más tarde. De este número explotan variaciones infinitas de figuras y de movimientos, como metáforas rabiosas de una urgencia por vivir… Una reflexión política que atraviesa los cuerpos. Un lenguaje de movimientos marcado por el repertorio tradicional, por el contoneo de los club nocturnos y por el jazz, pero, sobre todo, una danza completamente nueva que no se sabe de dónde viene.

La escena hace referencia al mismo tiempo a nuestro mundo político y social actual y a Shrine, un lugar mítico e híbrido, templo y club nocturno a la vez, donde Fela Kuti cantaba a la esperanza y a la revuelta después de haber rezado con sus espectadores.

Kalakuta Republik era el nombre de su residencia, situada en la periferia de Lagos, un lugar que él consideraba una república independiente. El espíritu de Fela, portavoz de la contracultura en África Occidental, es una fuente de inspiración para mucha gente y una presencia clave a lo largo de este espectáculo.

El propio Serge Aimé Coulibaly interpreta el papel de narrador. ¿Se le podría identificar con Fela Kuti? ¿O simplemente es él mismo, un artista comprometido, implicado en un mundo en dificultades e impresionado por el inmenso deseo de libertad de esa juventud burkinesa de hoy, protagonista de una gran revolución?

Kalakuta Republik no es ni una biografía de Fela Kuti ni un espectáculo musical basado en su música, sino una indagación palpitante en el compromiso artístico y en lo que este puede aportar.

Una pieza dotada de una gran energía comunicativa. Un trozo de África sin sus clichés. Una África en el mundo globalizado, por la que Serge Aimé Coulibaly y toda una generación de artistas se movilizan afanándose por sacarla adelante.