"Los dioses no tuvieron más sustancia que la que tengo yo". Es el comienzo del poema Espacio de Juan Ramón Jiménez, sobre el que Teatro del Mentidero ha articulado una obra homónima con impensables referencias a Stanley Kubrick y su 2001, una odisea en el espacio que estará desde hoy y hasta el próximo domingo en el Teatro Alhambra.

Con la dirección de Santiago Escalante, el actor Ramón Rivero se enfunda en el traje blanco del poeta onubense -y en su reconocible perilla- para poner en tres dimensiones el Espacio que el poeta diseñó entre sus idas y venidas a un hospital psiquiátrico de Miami. Es precisamente el día a día de la hoy llamada eufemísticamente 'comunidad terapéutica' el telón de fondo en el que Rivero plasma las inquietudes existencialistas del poeta. "Dicen que el mismo Octavio Paz situó este poema entre las obras cumbres de la literatura mundial", explicó el actor durante el acto de presentación. De hecho, no es un texto extraño para el actor, que ya lo abordó a comienzos de los ochenta, "pero con muy poco dinero". "Ahora", prosiguió, "hemos vuelto a retomarlo con una escenografía totalmente diferente porque es un texto difícil, incluso de memorizar, pero parece que la edad no me ha afectado porque todavía había pasajes que me sabía de memoria", se jactó el actor metido ahora de nuevo en la piel de Juan Ramón.

Por su parte, Santiago Escalante recordó la génesis del proyecto: "Cuando nos lo propusieron este verano estábamos en pleno rodaje de la película Madre amadísima, por lo que esperé a septiembre para encerrarme y estudiar en profundidad los textos porque obviamente no tienen una estructura teatral".

Con un reparto de cuatro personas en escena, Escalante da 'la alternativa' en esta obra al actor de origen marroquí Youssef Boukrim, que por tener "la piel oscura" se encarga de personificar al "particular Arcángel de Juan Ramón", que no es otro que su enfermero mulato.

Según el estudio previo de Mercedes Juliá que ha servido de armazón para la obra, "en este complejo texto, Juan Ramón Jiménez quiere dejar claras al menos dos cosas. Primero, que él era un cultivador del monólogo interior incluso desde tiempo antes de que éste se llamará así. Y segundo, quiere subrayar significativas diferencias conceptuales sobre el monólogo interior, con respecto a los más conocidos e influyentes coetáneos cultivadores del mismo". El autor de Platero y yo también enlaza con Kubrick.