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Tesoros en formato papel

  • La Biblioteca universitaria del Hospital Real inaugura una muestra de grandes joyas que datan desde el siglo XV al XX

  • El fondo bibliográfico se podrá ver hasta el próximo 19 de diciembre

Muchos lectores que ahora tengan entre 25 y 35 años recordarán la película basada en el libro ilustrado homónimo The Pagemaster, en España El guardián de las palabras. Posiblemente unas de las obras infantiles que más cosquillas ha hecho en el cerebro de quienes más adelante se han convertido en amantes de los libros. Desde aquel filme de 1994 que mezcla animación e imágenes reales se daba un mensaje claro: en las palabras está el mundo entero, la razón de ser del ser humano se encierra en las bibliotecas.

Con este mismo argumento la Biblioteca Universitaria del Hospital Real ha decidido abrir su caja fuerte y poner a disposición de todas aquellas mentes de neuronas curiosas sus joyas de la corona. Hablamos de la exposición Tesoros, abierta hasta el próximo 19 de diciembre y que contiene 82 obras de valor único. Un recorrido histórico que huele a pergamino, a tinta centenaria y a Historia pura.

Entre las 82 obras hay cuatro incunables y 12 manuscritos de los siglos XV al XXEn la muestra se valora especialmente la presencia de obras de autores del siglo XX

Desde ayer mismo, quien entre por las puertas de la preciosa biblioteca podrá ver desde libros de anatomía con ilustraciones grabadas tan detalladas como sorprendentes en las que las licencias creativas empezaban a coger la iniciativa -en una de ellas el hombre en cuestión aparece con una daga en una mano y su propia piel desollada en la otra mostrando cada músculo de su cuerpo- o toda un serie de 17 volúmenes de libros de ornitología del siglo XVIII con ilustraciones de grabados calcográficos coloreadas a mano .

Desde el pasado mes de febrero el equipo de trabajo formado por Juan Francisco Pons de León, Inés del Álamo Fuentes, María Artés Rodríguez y José Luis Sánchez-Lafuente ha volcado todo su amor por el papel para que estos fondos gocen del protagonismo que les corresponde como tesoros que son.

Según la propia Inés del Álamo, preparar este compendio de publicaciones ha sido "muy costoso", el mayor problema, cuenta, vino en el momento de tener que elegir qué libros serían expuestos. La solución llegó a raíz de acogerse a un criterio clave, 'El ARCA', un juego de siglas por el que ante la duda se optaría por los libros que fueran Antiguos, Raros, Curiosos o estuvieran Agotados.

La mayoría, explica del Álamo, no habían salido de la caja fuerte hasta hoy y de entre todo el fondo se han querido mostrar los más singulares y representativos. Así, dentro de esta muestra multidisciplinar, los más numerosos son los libros de medicina, geografía y arquitectura.

Se exponen en esta muestra 12 piezas manuscritas de los siglos XV al XX, cuatro incunables, 38 impresos del siglo XVI, nueve del XVII y el resto del XVIII al XX.

Los ejemplares del siglo pasado tienen un espacio especial en esta exposición. En palabras de Inés del Álamo "las joyas del siglo XX" son las obras de Federico García Lorca como Mariana Pineda ilustrada por él mismo; las de Francisco Ayala; el Retrato del artista adolescente de Joyce o la Historia de una escalera de Buero Vallejo. "Esto es lo más novedoso de la exposición: combinar el valor de estos ejemplares con los de los siglos XV y XVI", explica la Jefa de Sección de la biblioteca que sentencia diciendo que "hay que tener en cuenta que los libros de la Generación del 27, por ejemplo, son tan valiosos como el resto porque están cerca de la gente".

Esta exposición no es solamente el testimonio del tesoro bibliográfico que encierra Granada, también es una panorámica de la historia de la biblioteca y de la propia universidad. Un compendio de pequeños relatos en forma rectangular que cuentan cómo se ha ido conformando una colección de obras históricas, de los estudios llevados a cabo y de las manos por las que han ido pasando los ejemplares: desde las desamortizaciones y donaciones de las distintas órdenes religiosas hasta las de instituciones civiles y coleccionistas privados como Don Emilio Orozco Díaz.

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